Winter Wine (l.s)

22.

"Dormir entre sus brazos es como recostarse en un prado, oler el café en las mañanas o probar chocolate amargo, dormir entre tus brazos mi amor...quiero hacerlo siempre"

Recitaba Louis mentalmente mientras acariciaba la linda ceja de Harry quien seguía sin camisa, solo con su chaqueta dura y el pantalón militar, manteniéndolo seguro entre sus fuertes brazos, con labios entreabiertos y cejas relajadas. Le estaba rozando suavemente los labios y la oreja, feliz por haberlo hecho dormir mientras Louis continuaba con el suéter tres tallas más grande que él, el cual le llegaba a los muslos, llevaba su ropa interior debajo y las calcetas verdes, habían pasado solo cuatro horas desde que lo hicieron tan desesperadamente, como si ambos hubieran estado presos en cuatro paredes sin comer ni ver la luz del sol, y ahora, esa mañana, Louis se sentía resplandecer, amado y a gusto, queriendo más y más de Harry, de su alfa adicto a los muffins de zanahoria, un potencial asesino si lo molestaban.

Planto un suave beso en sus labios y se acomodó, mirando la agrietada pared pálida de al frente escuchando el cantar de los mirlos, avisándole que probablemente todo estaría bien. Y aunque no sabía si realmente iba a tener un bebé la emoción que sintió cuando Harry le dijo sobre verlo en aquel estado le hizo estar en una nube, no esperaba a que el día de irse a Londres llegara ya, comprar una casa e irse con el...

Sin embargo, el recuerdo de Bonnie le golpeó la cabeza y poco a poco los lindos planes se fueron cayendo, porque, aunque Harry ya le hubiera asegurado sobre estar con él a pesar de todo, no tenía idea de cómo serian sus padres. Quizás obligarían a Harry a llevar una vida infeliz, teniendo que huir con su cachorro lejos, porque sabía que en su casa lo echarían al saber que estuvo en la guerra con alguien, le llamarían puta como dijo el sargento Hank una vez, y su vida estaría destruida.

Quiso llorar del mero pensamiento, imaginándose a él con su bebé en una habitación fría y vacía, completamente desesperado a falta de alimento y dinero. Viendo como Harry rehacía su vida con Bonnie, como esta le daba todos los cachorros que él quería...

No. Sacudió su cabeza furioso ante los inminentes celos que azotaron su vientre y abrazó a Harry, queriendo asegurarse de que aun lo tenía a su lado.

Se imagino a la chica, debe ser delgada y bonita, cabello negro o rubio perfecto, voz suave, olor rico, pulcra y refinada, probablemente era mejor que él, no, sin duda lo era. Louis sabía que no tenía gracia alguna, delgado, pequeño, un estúpido omega en la guerra con manos dañadas, pies heridos, cabello horrible, teniendo que matar gente para sobrevivir. La lengua pesaba, la garganta ardía y se planteó levantarse de la cama e irse, volver al campamento y hablar con Harry como antes, terminar con todo de una vez para que no se sintiera entre la espada y la pared por Bonnie, porque Louis odiaba complicar la vida de los demás y si él era la razón entonces se odiaba aún más. No obstante, no quería, no quería irse, no quería dejar de abrazarlo, no quería dejar de olerlo, y necesitaba saber cómo era ella, como olía o como hablaba, o no podria vivir en paz jamás.

Su corazón estaba latente y los celos le quemaban la piel, odiaba que ahora todo dependía de su confianza, pero el hecho de ya estar sacando conclusiones le decía que quizás... no confiaba en su alfa del todo. Alzo la vista a Harry que seguía durmiendo como un bebé y volvió a acariciarle la mandíbula, notando el calor fuerte atravesar su piel. Quiso despertarlo, pero ambos estaban muy cansados o eso creía Louis.

Frunció los labios girando sobre su cuerpo para mirar el techo. No había podido dormir como Harry, el mediodía ya se acercaba y no tenía idea sobre cómo estaba la guerra. Suspiró alto y el alfa se acomodó para abrazarlo, besando su mejilla. Lo había despertado.

--¿Por qué estas inquieto? -

Louis arrugo la nariz. No lo miro-No lo estoy-

--Si, lo estas-Repitió Harry con ojos somnolientos-No dejas de moverte-