𝒙𝒊𝒊𝒊. Sierra Nevada

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La rubia se encontraba mirando el techo de su habitación, atrapada en sus pensamientos.

Tenía la calefaccion prendida dándole directamente a la cara, calentandola del frío que inundaba el hotel. Aunque eso no alejó sus pensamientos dubitativos.

Con los ojos casi abriéndose por completo y sus cabellos rubios enredados y esparcidos por toda la almohada, siguió pensando en Matias.

No estaba segura si le gustaba el chico, pero podía decir que se sentía diferente.

Eran innegables las miradas que se dedicaban, todos se habian dado cuenta. Desde sus ojos buscando al otro en alguna salida con los chicos, hasta sentarse juntos a hablar de alguna boludez.

A pesar de conocerse hace un mes, ella sentía que lo conocía desde siempre. Se reían de lo mismo, se vestían igual, opinaban lo mismo, entre otras cosas.

Pero tenía miedo.

Sabía perfectamente que Matias nunca sería como su ex novio. Matias era amable, carismático, empatico. Era todo lo que Federico no era.

Pero de todas formas estaba asustada por lo que podía llegar a pasar si el sintiera la conexión que los rodeaba a ambos, si el sintiera lo que sea que ella sentía.

Se sentía completa con el. Los días donde salían en grupo y ellos hablaban mientras compartían risas, experimentaba como todas las piezas rotas de su corazón se volvían a unir, por lo menos unos minutos.

No se conocían lo suficiente todavía como para decir que le gustaba, pero era evidente la tensión entre ellos. Especialmente cuando se despertaron en el avión y vieron la pose en la que se encontraban.

Estaba asustada por tener una relación con el y que fuera engañada de nuevo. Que el jugará con sus sentimientos como ya lo habían hecho anteriormente.

Aunque confiaba en el castaño, sus inseguridades y pensamientos negativos no la dejaban pensar, inundando sus recuerdos positivos con Recalt.

Dejo de mirar el techo de su habitación y se giro a ver la hora en el reloj que se encontraba al lado de su cama, apoyado en la mesita de luz.

6:40 AM

Tenía que estar lista para desayunar a las 7:30 AM, ya que después partirian hacia las montañas para hacer las grabaciones de la narrativa que trancurre después del accidente, el rescate y la expedición.

Claramente no iban a hacer todo ese mismo día, ya que era evidente que no llegaban. Todo eso iban a hacer en Sierra Nevada por los próximos 4 meses.

Se sentó en la punta de la cama perezosamente y se quedó unos minutos mirando fijo sus zapatillas, las cuales se encontraban en la esquina de la habitación.

Rodó los ojos y se levantó sin ganas, dirigiéndose al baño para ducharse.

Una vez que terminó, viendo que todavía tenía algo de tiempo, se preparo la piel y aún con las toallas encima de ella, fue a la valija para ver que se iba a poner.

𝗗𝗘𝗦𝗧𝗜𝗡𝗢𝗦 𝗖𝗥𝗨𝗭𝗔𝗗𝗢𝗦 | matias recalt  𓍯  (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora