𝒙𝒗. ¿celos?

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Ese mismo dia, horas más tarde, ya habían practicado y ensayado sus guiones, mostrando el talento de cada uno para actuar e interpretar a todas las personas que sufrieron dicha tragedia.

El cielo azul y el sol brillante cada vez iban desapareciendo más rápidamente, siendo reemplazados por pinceladas de colores cálidos. Los colores naranjas, rojos y amarillos inundaban el ambiente, iluminando la cara de la rubia a través del vidrio del micro.

Se sentía en paz, disfrutando de las risas de sus amigos de fondo y de las ruedas del transporte girando contra el duro pavimento.

Se permitió cerrar los ojos, deseando que ese momento durará para siempre. Anhelaba que sus pensamientos y recuerdos negativos desaparecieran de su cabeza por lo menos unos minutos, así ella podría ser feliz, aunque sea por poco tiempo.

Nunca había sido del todo feliz, pero más feliz que ahora si. Siempre había sido una niña amable, nunca se metía en problemas y todo el tiempo estaba dispuesta a brindarle su ayuda a los que lo necesitaban.

Luego de lo que pasó ese día, como se dijo antes, ella se apagó. Fue como si su alma fuera un interruptor de luz, donde su abusador había decidido bajar la tecla para siempre.

Creía que nunca iba a poder vivir momentos felices que le llenaran el alma por completo, por lo que tenía que conformarse con los recuerdos alegres que se escondían en lo profundo de su corazón.

Esperaba que alguien la ayudara a ser realmente feliz, alguien que la ayudara a olvidarse de todo y que le enseñe a disfrutar en momento, dejando de lado el pasado, por más difícil que sea.

Tenía a mucha gente que la quería y sería capaz de ayudarla, pero nadie sabía lo que había pasado, por lo que por el momento, tenía que arreglar su corazón ella misma.

Por ahora, hasta que llegue el día donde se tenga que ir, iba a hacer todo su esfuerzo para agarrar los pedacitos rotos del alma de su familia y amigos y los iba a sanar, ignorando que nadie podía devolverle el favor.

El daño ya estaba hecho, y no podía hacer nada al respecto. Tenía que aprender a vivir con ello.

Sus ojos se fueron cerrando lentamente, mientras relajaba su cuerpo y se hundía cada vez más en el asiento. A pesar que no era de noche, hacía bastante frío en el micro, por lo que estaba cubierta de mantas para tratar de mantenerse cálida.

Disfrutaba del olor del dulce mate que sus amigos se pasaban entre ellos y las ricas medialunas que se ofrecían.

Sonrió con tranquilidad sintiendose cómoda, y cuando se estuvo por dormir, sintió algo en su boca.

Frunció las cejas con confucion ante el repentino tacto y abrió los ojos rápidamente, donde vio como Blas le apoyaba una medialuna en la boca, con leve agresividad, obligandola a comérsela.

𝗗𝗘𝗦𝗧𝗜𝗡𝗢𝗦 𝗖𝗥𝗨𝗭𝗔𝗗𝗢𝗦 | matias recalt  𓍯  (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora