𝒙𝒗𝒊𝒊𝒊. 2003

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El hermoso cielo azul, decorado con amplias nubes y un suave sol brillante, iluminaba la cara de la pequeña rubia.

Esta se encontraba en su pequeño patio jugando con su hermano Guido, el cual estaba jugando con una pequeña bici.

Ella, a su vez, estaba jugando con sus muñecas, mientras se comía unas galletitas con formas de animalitos.

-¡Chicos! ¡A comer! - gritó la mujer de la casa, mientras acomodaba la mesa.

- ¡Ya vamos! - devolvió el padre mientras le enseñaba al rubio cómo manejar la bici.

Sacó la mirada de sus muñecas y la dirigió hacia la puerta de la casa, preparando su malévolo plan para salir corriendo y agarrar la silla al lado de mamá antes que su hermano.

Aunque cuando vió la situación de el, se le escapó una risa.

Su papá le estaba enseñando cómo andar en bicicleta mientras lo grababa. Guido ya estaba convencido de que había aprendido con las pocas palabras e instrucciones que su papá le había dado. Quería librarse de él para demostrarle que sabía andar.

Empezó a pedalear lentamente, siguiendo las fáciles instrucciones que su papá le había dado.

-Muy bien enano, dale. - lo felicitó el mayor al ver que había manejado perfectamente la bicicleta.

Pero de un momento a otro el camino del rubio fue interrumpido por un pequeño árbol, haciendo que se caiga de la bici.

-Ay que choto que sos. ¡El único árbol qué hay te lo venis a tragar! - suspiró, golpeando su frente con la palma desocupada.

La rubia, por su parte, seguía soltando un par de risas ante la caída de su hermano.

Se levantó del recién cortado pasto y se dirigió a la puerta trasera, donde entró a la cocina para ver a Alicia terminando de poner la mesa.

- ¿Queres que te ayude con algo, mami?

-No, gatita. Ya termino. -aclaró, con una sonrisa cálida. - Anda yendo a la mesa.

Desde que nació su madre le había puesto ese apodo. Aunque tenía bastantes apodos en la familia como "Vi", "rubia" o "Viole", su mamá casi siempre le decía gatita.

Fue hasta allá y se sentó en el asiento de al lado de su mamá, viendo el rico asado que su papá había preparado unos minutos antes de enseñarle a Guido cómo manejar una bici.

Había bastantes cosas para comer, aunque probablemente coma poco debido a que minutos atrás estaba comiendo las galletitas a escondidas de su mamá.

Eran más de las 12 del mediodía, claramente no la iba a dejar comer eso si ya era la hora del almuerzo.

Aunque le importó bastante poco. Sabía que nadie la iba a descubrir porque su mamá estaba adentro de la casa ocupada en sus cosas y su papá con Guido.

𝗗𝗘𝗦𝗧𝗜𝗡𝗢𝗦 𝗖𝗥𝗨𝗭𝗔𝗗𝗢𝗦 | matias recalt  𓍯  (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora