Bailes Privados [Lancelot x Tristan]

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Cuando Tristan nació sus padres creyeron que iba a ser una niña. O al menos eso les habían dicho cuando fueron a los controles prenatales. Grande fue su sorpresa al ver que era un chico. Era obvio que eso no cambiaba que era su primogénito y lo iban a amar y cuidar, pero Tristan creció en un entorno diferente al que un bebe niño regular.

Su habitación y ropas eran de colores pastel suaves ligeramente afeminados, por lo que todos los que lo miraban lo confunden con una bebe niña.

Cuando cumplió 5 años se dio cuenta del enorme parecido que compartía con su madre, la admiraba lo suficiente como para querer ser como ella tanto en personalidad como físicamente. Un día incluso le pidió vestirlo con el mismo atuendo que ella. Elizabeth se llevó la sorpresa de su vida al ver que su pequeño quería usar un conjunto de falda con botas. No lo rechazó ni se lo negó. Y dicho y hecho Tristan ese día salió vestido así con su madre.

Durante su infancia pasó desapercibido como una niña por las calles. Lamentablemente todo tomó un rumbo inesperado cuando pasó a primer grado de secundaria. Tristán de inmediato noto que era diferente al resto de chicos de su edad, ya que mientras él se interesaba por estar bien vestido, cuidar su higiene y hablar de temas sentimentales, los demás niños eran muy imprudentes, se la pasaban haciendo estupideces y hablando de fútbol o videojuegos. Cosas que para nada iban con él.

Un domingo mientras paseaba por la plaza con sus padres uno de sus compañeros de clase lo reconoció. ¿Qué es lo malo dirán?. Bueno, ese día Tristan había ido nuevamente vestido en conjunto a su madre. El niño le tomó fotos a la distancia y al día siguiente estaban pegadas por toda la escuela, y no solo eso, sino que también estaban rayoneadas con cosas vergonzosas y ofensivas. Su casillero está lleno de notas con insultos. Su asiento en el salón también lo habían arruinado. Y por todos los pasillos era llamado entre risas burlescas con apodos hirientes, como "marica" "fenomeno" "niñita" "rarito", entre muchos otros.

Desconsolado salió huyendo tratando de escapar hacia la oficina de la directora o algún tutor que lo pudiera auxiliar, sin embargo en el proceso uno de los muchos niños que se burlaban de él le puso el pie y terminó cayendo por las escaleras. Ese día Tristan regresó a casa con múltiples moretones en brazos y piernas, un esguince de tobillo y el labio roto.

Rápidamente Meliodas y Elizabeth presentaron una queja a la institución, mas no se hizo justicia realmente, solo suspendieron a los niños responsables de los carteles y el niño que le puso el pie a Tristan tuvo que pagar por el seguro médico, fuera de eso no se hizo más.

Con mucha razón lo cambiaron de escuela. Pero el costo de todo eso fue que Tristan nunca jamás quiso vestirse así de nuevo. Intentó de todo para verse más masculino, pero no funcionó del todo. Y toda esa presión de pensamientos solo fue causando inseguridad tras inseguridad al punto que dejó de tener apetito y estar deprimido la mayor parte del tiempo.

Afortunadamente eso cambió cuando entró a la preparatoria y conoció a Percival. Un chico noble que no se fijaba en eso, era simpático y platicador. Fue cuestión de poco tiempo que se volvieran extremadamente cercanos.

Con el tiempo Tristan le confesó al peliverde lo que le había ocurrido en el pasado y fue gracias a este que el peliazul poco a poco fue recuperando la confianza en sí mismo. Ahora se sentía más cómodo por quien era y no se dejaba humillar por lo que otros dijeran. Y pese a que aún había cosas por las que se sentía inseguro Tristan, su físico ya no era algo de lo que se avergonzara.

Era miércoles y Lancelot se preguntaba por qué Tristan aún no asistía a la escuela. Gawain y su pandilla no lograron encontrarlo el lunes, ni que se diga el martes. Aquello llevó al rubio a preguntarle a Nasiens si su novio sabía algo al respecto. Y en efecto, algo estaba pasando, pero Percival les había dicho que era algo extremadamente personal por lo que no podía decirles absolutamente nada.

Lancelot estaba muy preocupado y lo único que lograba llegar a su mente era la última vez que vio al peliazul, subiendo a ese auto desconocido. Gruño mientras encajaba el tenedor de plástico en la montaña de arroz en su bandeja del almuerzo quebrándolo en el proceso.

— ¿Me dirás que sucede contigo?. — pregunto Nasiens que desde hace rato notaba esa extraña vibra en su mejor amigo.

— No quiero hablar de eso. — dijo fríamente para luego ver como el castaño hacía una mueca en desacuerdo. — Al menos no aquí.

— Entonces será hoy en la noche que vengas a estudiar a mi dormitorio?.

— Supongo. — dijo resignado tratando de ocultar su enojo. De pronto las palabras de ginebra vinieron a su cabeza.

"Gánate su corazón, conquístalo"

Lancelot se recargó sobre la mesa del comedor luciendo derrotado, se preguntaba cómo iba a hacer eso. Creyó que lo mejor sería preguntarle al castaño sobre cómo él y Percival se habían hecho novios.

— Oye Nass. — escuchó un "si" como respuesta y volvió a hablar. — ¿Cómo conociste a Per?.

— Oh bueno, no fue la gran cosa. Estaba en la biblioteca estudiando mientras esperaba a que tu terminaras una de las juntas con tus padres ya que íbamos a jugar mortal comeback en mi cuarto. Percival estaba en la misma mesa que yo, pero en el otro extremo. Luego, me mandaste un mensaje diciendo que no podrías ir por lo que no le vi sentido quedarme allí y me fui al dormitorio. Cuando llegué me di cuenta de que había olvidado mi celular sobre la mesa y cuando me iba a regresar a buscarlo alguien tocó mi puerta. Era Percival con mi teléfono, me lo devolvió y charlamos un rato. Me agrado mucho. Intercambiamos números y seguimos hablando. Organizamos salidas y no se cuando, pero comencé a tener sentimientos por él. Al principio creí que no me iba a corresponder, por lo que decidí no decirle. Más en una de esas salidas él se confesó y nos hicimos pareja.

— Wow, eso fue extremadamente empalagoso. — dijo en tono de broma dándole a su amigo una mirada divertida. Nasiens tuvo mucha suerte de encontrar el amor así de fácil. ¿Pero a él que le esperaba?

— ¿Por qué preguntas?. — cuestiono ahora el intrigado por el repentino interés de Lancelot.

— Tenía curiosidad. — mintió desviando la mirada.

— Nunca te metes en los asuntos de los demás a menos que sea por algo, dime.

— Me conoces muy bien, pero. --- paro de hablar, miró el reloj en su mano izquierda y con la derecha hizo una señal de número tres, luego dos y finalmente uno. En eso la campana que indicaba que el recreo había finalizado sonó y sonrió victorioso. — Tendrás que esperar a que estemos en tu cuarto. — se levantó siendo seguido por su amigo que le gritaba.

— ¡No es justo Lance!.

Espero les guste el maraton

💕 Gracias por leer 💕