Relatos eróticos con Jeon Jungkook
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ESTA HISTORIA...
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Highway
Su mano posada en mi muslo era clara muestra de sus intenciones, dando leves apretones y caricias mientras se dirigía a la cara interna de mi muslo.
-Ni siquiera lo pienses, Jeon- Amenace a mi novio, quien comenzaba a jugar con el elástico de mis bragas debajo de mi vestido.
-Oh vamos nena, solo un poco- Su voz era insistente y desesperada.
-Estás loco, concéntrate en el camino y deja de jugar- Dije apartando su mano de mi muslo para seguir con mi vista al frente, sin siquiera mirarlo.
-Es tu culpa que esté así, ese vestido te queda tan jodidamente bien que hace que me ponga tan duro-
-¿Así que es mi culpa?-
El solo se limitó a asentir volviendo a colocar su mano en mi muslo desnudo, dando un apretón más fuerte esta vez.
El camino siguió normal un par de minutos hasta que salió de la carretera, deteniendo el auto abruptamente entre un pequeño conjunto de árboles bastante oscuro.
-¡Jeon! ¿Qué carajo...- No pude terminar debido a que en un rápido movimiento estampó sus labios sobre los míos. El beso era sucio y necesitado, haciéndome soltar un pequeño jadeo.
-Quiero follarte, aquí y ahora- Soltó al separarse del beso, tomando el dobladillo de mi vestido para subirlo a la altura de mi cintura.
En un rápido movimiento me subí a horcajadas sobre su regazo, haciéndome gemir al sentir su dureza aún cubierta entre mis piernas.
-Siempre consigues lo que quieres, ¿no es así?- Sonreí para quitar mi vestido completamente, dejándome solamente en mis bragas de encaje.
-Siempre- Aseguró moviendo sus manos para acunar mis pechos desnudos, masajeando y jugando con mis pezones hasta volverlos erectos.
-Jeon- Gemí al sentir su boca hacer contacto con mis erectos pezones, tomando uno son sus dientes. Mordiendo y tirando de el lentamente mientras masajeaba el otro -Mierda cariño-
-Oh nena, no sabes cuánto te necesito- Murmuro contra mi pecho, haciéndome jadear al sentir su cálido aliento contra mi sensible aureola.
-¿Y que esperas para solucionarlo?- Susurre frotando mis caderas contra las suyas, provocando que un ronco gruñido saliera de sus labios.
-Tu lo solucionarás- Dijo alejándose de mi pecho para dirigir su mirada a la mía -Quiero me montes, ahora- Su tono era dominante y necesitado.
No espere más y moví mis manos al cierre de su pantalón bajándolo a la par de sus calzoncillos, liberando su gruesa y venosa polla.
En un rápido movimiento, empuje su gran longitud en mi palpable humedad, haciéndonos gemir.
-Eso es, nena. Tómame dentro de tu apretado coño- Gruño tomando con firmeza mis caderas, guiando mis movimientos sobre su gran longitud.
-Carajo, Jeon- Gemí al sentir cada centímetro de el dentro de mi, estirándome con cada empujón.
Sonidos de pieles chocando, gemidos y jadeos era lo único que se escuchaba en el auto y probablemente en el exterior también. Sus caderas se movían a la par de las mías en un ritmo delicioso y satisfactorio, haciéndome sentir mi orgasmo cerca.
-Joder cariño, me voy a correr- Avisé moviendo mis caderas de manera frenética, haciéndome gemir fuertemente.
-Hazlo, amor. Llena mi polla con tus fluidos- Gruño dirigiendo su pulgar hacia mi hinchado y necesitado clítoris, donde froto en suaves círculos haciéndome perder la cordura.
-¡Con un carajo Jungkook!- Grite cuando sentí mi esencia salir violentamente de mi interior sobre su duro eje.
-Eso es todo, corazón- Sonrío para soltarse de igual manera, sintiendo como su esencia me llenaba completamente.
Me desplome sobre su pecho, escuchando sus latidos con cada respiración, haciéndome sonreír mientras recuperábamos el aliento.
-Ves, no fue tan malo después de todo- Soltó con una sonrisa para dejar un beso en mi frente antes de colocarme de nuevo en mi asiento.
-No lo fue, espero nadie nos haya escuchado- Dije con vergüenza recogiendo mi vestido para ponérmelo de nuevo.
-Es demasiado tarde, y si lo hicieron pobres de ellos- Dijo con una sonrisa llena de satisfacción mientras de igual manera se ponía su ropa -Deberías usar ese tipo de vestidos más seguido-
-Definitivamente lo haré- Asegure con una sonrisa.
Él sonrió encendiendo el motor para regresar de nuevo a la carretera, de camino a casa.
