Relatos eróticos con Jeon Jungkook
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ESTA HISTORIA...
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Step Daddy
El reloj de mi habitación marcaba las 2:35 de la madrugada, y estaba tirada en mi cama más necesitada que nunca.
¿Porque tenía que estar mal? ¿Porque tenía que ser tan sexy? ¿Porque tenía que ser él?
Eran las preguntas que rondaban en mi cabeza todas las noches, cuando pensaba en él sola en mi habitación en noches cuando no puedo dormir como está. Llevaba poco más de tres horas despierta, mientras mis pensamientos me comían viva y me traicionaban.
Todo empezó desde el día en que nos conocimos, la noche en la que mamá lo trajo a casa y lo presentó como su pareja.
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-¡___!¡___!- Gritó mi madre entrando a mi habitación con una gran sonrisa en su rostro. -¡¿Qué pasa?!- Pregunté exaltada por su sorpresiva llegada- ¿Estás bien?- -Cariño tengo algo muy importante que decirte- La emoción llenaba su voz y su rostro tenía un brillo que no había visto desde hace tiempo. -Claro mamá, dime- -Está noche haré una cena muy especial ya que hay alguien a quien quiero presentarte. Así que ponte más hermosa de lo normal que hoy será una gran noche- Con eso salió de mi habitación con una sonrisa en su rostro.
Hace ya algunos meses había estado sospechando sobre una posible pareja de mi madre, lo que me ponía bastante feliz ya que mi madre no había tenido ninguna pareja desde que mi padre murió. Mi padre sufría de una enfermedad terminal, por lo que a los pocos meses de ser detectada murió cuando yo apenas era una niña. Mi madre se quedo sola y tuvo depresión durante mucho tiempo, pero con ayuda de un psicólogo logró salir adelante y ahora es la gran madre y mujer que es.
Me alegraba bastante que mi madre pudiera tener una pareja, no estaría sola y sobre todo sería bastante feliz. Esa era también mi preocupación, en unos cuantos meses me iría a la universidad por lo que mi madre estaría sola y no era lo que yo quería.
Despeje todos esos pensamientos y me levante de mi cama para ir a tomar una ducha.
Al salir de bañarme caminé hacia mi armario para buscar ese hermoso vestido rojo que tanto me gustaba, se moldeaba muy bien a mi cuerpo y curvas. Seque y peine mi cabello, también me coloque algo de maquillaje quedando bastante linda.
El reloj marcaba las nueve de la noche por lo que baje a la sala de estar, donde estaba mi madre.
-Cariño, te ves hermosa- Dijo dándome una vuelta sobre mi lugar. -Gracias mamá, tú estas muchísimo más hermosa-
Ella solo sonrió dándome un beso en la frente, acariciando mi mejilla suavemente. En ese momento el timbre sonó haciendo que mi madre soltara un grito de emoción y corriera hacia la cocina.
