Relatos eróticos con Jeon Jungkook
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ESTA HISTORIA...
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Principal
Me encontraba en camino a la oficina del director debido a que me había citado, ¿el motivo? Ni yo lo sé.
Entré y tome asiento esperando a que el director saliera. Estuve un rato jugando con mi teléfono cuando escuché la puerta de su oficina abrirse, dejando ver a Hoseok y Jimin saliendo y detrás de ellos el hombre que me tiene a sus pies, el dueño de mis sueños húmedos y fantasías. El director Jeon Jungkook.
Lo he deseado desde que entro a trabajar aquí, exactamente hace un año. Aún lo recuerdo, cruzó la puerta principal con un traje negro que se ajustaba bastante bien a su grande y fornido cuerpo. Ambas orejas llenas de perforaciones, mirada dominante y un par de piercings en sus delgados labios, esos labios que daría lo que fuera por besarlos hasta no poder más. Su llegada hizo que muchas alumnas y profesoras mojaran sus bragas, incluyéndome.
Desde ese día me dije que tenía que ser mío, de una forma u otra y no me detendré hasta conseguirlo.
-Señora Kim, por favor envíe un citatorio a los padres del Joven Jung y Park, necesito hablar con ellos lo antes posible -Dijo en un tono serio mientras que volteaba y su mirada se encontraba con la mía- Señorita Kang, entré por favor -Su voz demandante hizo que mojara mis bragas en un segundo-
Al entrar a su oficina tome asiento frente a su escritorio, esperando a que terminara de hablar con su secretaria.
-Y bien, señorita Kang ¿Sabe el porqué está aquí, verdad?- Pregunto tomando asiento detrás de su escritorio viéndome fijamente.
Negué lentamente acomodándome mejor en la silla, cruzando mis piernas haciendo que mi falda se levantara un poco.
-¿No lo sabe? Bien, déjeme refrescarle la memoria -Dijo para aclararse la garganta y continuar- Ayer en la salida, su pelea con Han So Hee, ¿Qué fue lo que sucedió?-
Me tensé un poco mientras comenzaba a hablar.
-Bueno, lo que sucedió fue que So Hee hizo comentarios despectivos hacia mi persona, lo cual como sabe no lo iba a permitir y yo solo me defendí- Crucé mis brazos mostrando una postura firme.
-Ya veo, ¿y se defendió dejándole un ojo morado y la nariz rota?- Cuestiono seriamente levantando una ceja mirándome fijamente, haciéndolo ver más bueno de lo que ya estaba.
-¿Qué esperaba que hiciera? ¿Qué me quedará de brazos cruzados? Pues déjeme decirle, señor Jeon, que eso jamás lo verá de mi-
-No he dicho que no se defienda, pero hay otras maneras de hacerlo no siempre es la violencia-
