PROLOGO -EL FINAL DE UNA AVENTURA Y EL COMIENZO DE OTRA-

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2 DE AGOSTO DE 1305

GRAN COMEDOR DE HOGWARTS 3:20 PM

El Gran Comedor de Hogwarts se revelaba ante los ojos de sus visitantes como un escenario imponente, donde la majestuosidad y la solemnidad se entrelazaban en una danza de sombras y misterios. Las altas paredes de piedra y estanterías erigidas siglos atrás, estaban adornadas con innumerables coronas, cada una capturando un fragmento de la historia y el poder que fluía por los corredores de la escuela. Las coronas, bañadas por la poca luz del sol apenas visible, salpicaban el espacio, proyectaban un resplandor tenue que se deslizaba sobre la superficie, creando un juego de luces y sombras que añadía profundidad al ambiente ya de por sí cargado.

En el extremo más alejado del comedor, sobre un podio destrozado, se alzaba un trono imponente, forjado con el oro más puro, cuya presencia dominaba la sala. El trono, rodeado por un aura de autoridad indiscutible, era el asiento del director de Hogwarts, una figura cuya sola presencia imponía respeto y temor. Vestido con ropajes que parecían absorber la escasa luz, el director observaba a estudiantes de cuarto y quinto año con ojos que habían visto el paso de incontables batallas, sus gestos eran tan mesurados como las palabras que rara vez pronunciaba.

El aire en el Gran Comedor estaba impregnado de una atmósfera oscura y desoladora, como si el peso de los siglos hubiera dejado su huella no solo en las piedras, sino también en el espíritu del lugar. Los estudiantes, sentados en largas mesas de madera que se extendían a lo largo del comedor, conversaban en susurros. La poca luz de las velas parpadeaba con una inquietud que parecía presagiar tormentas venideras, arrojando sombras danzantes sobre los rostros jóvenes.

—Señorita Zikora, usted será la última bruja de quinto año, que mandaremos al gran conflicto entre los Ingleses y la lucha por la independencia de Escocia—Pronunció el director, una figura imponente cuyas manos, marcadas por el tiempo y las batallas, relucían con el peso de innumerables joyas.

—Señorita Zikora, usted será la última bruja de quinto año, que mandaremos al gran conflicto entre los Ingleses y la lucha por la independencia de Escocia—Pronunció el director, una figura imponente cuyas manos, marcadas por el tiempo y las batall...

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Una chica, aproximadamente de 15 años, de la mesa de la casa Ravenclaw se levantó y miró fijamente al director, con una intensidad temblorosa. Momentáneamente, sus ojos descendieron hacia el suelo, y sus manos se cerraron con tal fuerza que las uñas se hundieron en su palma, brotando gotas de sangre.

—Tiene alguna objeción, señorita Zikora? Es nuestro deber recordarle que, de ser necesario, podríamos considerar a su hermana menor, aún en primer año— Sugirió el director, su voz estaba teñida de una frialdad calculadora.

Con la voz llena de resignación pero sin perder la determinación, Zikora respondió sin levantar la vista, —No, señor. Acepto sin objeciones—. Su respuesta, firme pero cargada de un sacrificio no expresado, resonó con el peso de una promesa sellada bajo el yugo del deber y la protección.

23 DE MAYO DE 1306

SOMBRIOS PARAMOS DE GLEN COE. ESCOCIA 1:20 AM

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