III

129 18 0
                                    

   El muchacho estaba emocionado. Realmente aquél hombre lo había alegrado. Ese humilde gesto fue motivo de su felicidad. El chico volvió a la parroquia con una sonrisa de oreja a oreja. Todos los presentes lo habían notado. Mikky no fue la excepción.

-¿Por qué sonríes tanto hoy, hermano Frenkie?- Le cuestionaba la chica contagiada del humor del otro.

-Un hombre, un hombre bueno me ha abierto la puerta de su hogar, y ha escuchado sobre Dios y nuestra fe. Oh, hermana Mikky, no sabes lo amable que es él.- La mujer empezó a sospechar un poco sobre aquella persona que el joven hablaba con tanta pasión.

-Cuéntame más sobre él.-

-Oh, es un tipo muy alto, me parece que proviene de Alemania. ¡Hermana Mikky! Es muy apuesto.- Mikky abre los ojos sorprendida.

-¡No me digas que tienes sentimientos por ese!- Le reprochó en forma de amenaza.

-Ni se te ocurra. Yo pertenezco al Padre, jamás dejaría de lado esta vocación.- Frenkie mira la hora.- Me iré a dormir. Mañana volveré a la casa del hombre. Parece que se unirá a nosotros.-























  Dentro de su corazón, empezaban a surgir sentimientos por Marc. Claro, lo había visto una vez, pero Frenkie era iluso, era frágil.
  Por otro lado, Marc quizá sentía lo mismo. El hombre quería volver a verlo, quería enamorarlo. De todos modos, estaba en una situación complicada. El chico era devoto a Dios. Marc estaba seguro que el chico no renunciaría a su religión por él.

 




  Marc esperaba con ansias la llegada del menor. El día anterior le había prometido volver. Impaciente estaba, caminaba de un lado al otro.
También se había arreglado un poco. No quería causarle mala impresión.

De pronto, escucha el timbre. Rápidamente va a abrir. Y ahí estaba, el lindo rubio parado en su puerta, con la biblia en sus manos.                    
   Amado sea Dios por poner al chico más lindo del mundo en la puerta de su casa.

Escuchaba atentamente lo que decía el chico, se estaba enamorando, quizá no sea un mal comienzo invitarlo un momento a pasar y tomar un té.-Ya se hace tarde, ¿no quieres entrar un momento?-

-Oh, no, gracias. No quiero ser molestia.-

-Insisto, no serás molestia, es más, estaría encantado que pases.-

—————————————————

Ayuda tengo las ideas pero no sé como escribirlas.

Cualquier duda o consulta escribanme.

Besoss


 

  

Religious |ᵐᵃʳᶜᶠʳᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora