VII

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   Frenkie actuaba extraño esas últimas semanas. Mikky lo había notado, desde aquella noche que se escapó, algo cambió en él. Notaba que el joven rezaba con más frecuencia. Tampoco ignoraba el hecho de que el chico actuaba temeroso, esa seguridad y confianza que emanaba antes, se había esfumado.

  Mikky oraba, oraba por él. Trató de preguntarle qué sucedía, pero no hubo respuestas.

-Hermano, ¿te pasa algo?-

-No, no. Estoy bien. Eh, tengo que ir a rezar, disculpame.-























¿Era acaso un castigo divino? El sacerdote de la parroquia también había notado los comportamientos del chico.
  Habían llegado a la conclusión de que Frenkie estaba así por su futura mudanza; claro, era un rumor, pero él hace tiempo había comentado sobre su próximo destino.





































Por otro lado, Frenkie estaba mal. Se sentía enfermo. Se mareaba constantemente, vomitaba todo lo que comía, tenía fuertes dolores de cabeza. Él estaba asustado, ¿será que era un castigo del Señor por su pecado? Posiblemente.































   No quería contárselo a nadie. Decidió ir hacia el hospital.
  Los resultados impactaron a todos. Los médicos no lo podían creer, este era un caso único. Su vida dio un giro drástico. Dios lo castigó.























-¡Hermano! ¿Dónde te has ido? Estuve tan preocupada.- Mikky lo abraza con cariño. El chico había regresado con los ojos hinchados y rojos.

-¿Me prometes que no se lo dirás a nadie?- La chica asiente frenéticamente.

 
















   Y Frenkie con la voz quebrada y con una lágrima resbalándose por su mejilla, le dice.- Estoy engendrando un bebé...-

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M estoy quedando sin ideas.

Cualquier duda o consulta escribanme

besos

Religious |ᵐᵃʳᶜᶠʳᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora