Capítulo 1

175 46 12
                                    

🌴 M I N E R V A 🌴


—Señorita Megara, cuanto tiempo, ¿me echaba ya de menos?

¿Qué si la echaba de menos? ¿Quién iba a echar de menos a una bruja esquelética como aquella? No era mi culpa que el profesor Baker me hubiera mandado al despacho de la directora Allen por hacer uso de mi arte. Ha decir verdad, el dibujo me había salido bastante bien, todo había que decirlo. La barriga cervecera y las peludas patillas eran inconfundibles. Había clavado al profesor Baker en una increíble caricatura.

—¿Qué ha hecho esta vez? Cuénteme —suspiró mientras se subía las gafas a su posición habitual y me miraba fijamente.

Abrí la boca para defenderme. Pero me vi interrumpida por la estridente voz de la directora Alien. Digo Allen.

—El señor Baker se veía muy enfadado— juntó sus manos y se inclinó hacía adelante.

Normal, que le hubiera dibujado desnudo con su miembro viril más pequeño que una judía, no era plato de buen gusto y más cuando toda la clase se había reído de él en su cara. Des de hoy ya no sería el profesor Baker si no el profesor micro pene. Ups.

Estaba dispuesta a hablar pero fui interrumpida, otra vez, por la directora.

—Esto se está haciendo costumbre. ¡Ha venido cinco veces a mi despacho en dos días! —dramatizó como si fuera lo peor del mundo. —¿Debería de tomar serias medidas jovencita? ¿Tal vez llamar a su madre? —dijo con ironía mientras se quitaba las gafas para morder la patilla.

Ugh.

—No fue...

—Oh, vamos Minerva, no me haga hacerle repetir de curso ¡solo faltan dos semanas para vacaciones! ¿Podría dejar de causar problemas? ¿Podría hacer eso por mi?

Iba a decirle que se podía meter su amenaza por donde le cogiera pero de nuevo fui interrumpida, y esta vez no por la vieja si no por la fresca de la secretaria.

—Directora Allen, acaba de llegar el inspector de sanidad, dice que tiene prisa y que cuanto antes empiece mejor.

La secretaria no tendrá más de veinticinco años. Las malas lenguas del instituto hablan que se tiró a medio equipo de fútbol americano del instituto Aichhorn. No me extraña, con esas tetas, ¿quien no lo haría? Incluso dicen que quedó embarazada por Mitch Harris, el capitán del año pasado y que por eso este dejó el instituto.

—Esta bien Jessica, ahora lo atiendo —dijo volviéndose a poner las gafas y levantándose de su butaca. —Señorita Megara, espero que esta charla le haga recapacitar. Recuerde, solo dos semanas y será libre de este centro. Lo dejo en sus manos, una visita más y tomo serias medidas ¿queda claro?

Asiento rodando los ojos. Sé que si hablo no me va a dejar, a si que ¿para qué esforzarme?

Se dirige hacía la puerta y la abre.

—Ve a tu siguiente clase y ¡nada de meterse en follones! ¡Ah y no te salvas de ir al aula de castigo después de clase el resto de esta semana! —dice mientras me levanto desganada y salgo por la puerta.

—Perra —susurro.

—¡Te he escuchado! —grita.

Bufé. Me giré y tomé mi camino por el largo pasillo.

Una vez me quedé sola, me apoyé en la pared hasta quedarme sentada en el suelo. Miré el reloj que colgaba en la pared marcaba las 10:45.

El pasillo estaba desierto, no se escuchaba nada más que los chillidos de la profesora Sanders en la aula de historia dando clase. Tan solo de pensar que en un cuarto de hora la tendría dándome el coñazo con la segunda guerra mundial me daban ganas de saltarme la clase y las que quedan.

5  A L i V EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora