Capítulo 7

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🍹 J O L E N E 🍹


Me despierto por el pitido de un coche. Abro los ojos y parpadeo, la luz del sol me deja algo cegada. Aparto el brazo de Gin de encima mío y me revuelvo para encontrar una postura más cómoda pero caigo del colchón contra el suelo duro, gimo y me pongo bocarriba. ¿Qué hacemos durmiendo en el balcón? Tapo mis ojos protegiéndolos del sol. La cabeza me da vueltas. Que mala es la resaca.

Me levanto como puedo y voy esquivando los cuerpos dormidos de las chicas hasta entrar dentro del salón.

—¿Qué hacéis ahí fuera? Casi me da algo al no veros en el cuarto esta mañana, pero cuando os he visto ahí tiradas en el balcón ¡ya pensaba que estabais muertas, ni os movíais! ¡Uy que mala cara traes! ¿Quieres un café? ¿Una magdalena? —la voz de pito de la madre de Ky hace que achine los ojos. Habla muy deprisa así que tardo en asimilar lo que me dice. Me limito a negar con la cabeza, cualquier tipo de alimento sería expulsado si lo ingiriera.

—Un vaso de agua está bien —digo con voz ronca y me dejo caer en el mullido sofá azul.

—¡Ay la resaca! Mejor te preparo un té de hierbas, ayudará a que te encuentres mejor —Olivia se va y desaparece por la puerta de la cocina.

Cierro los ojos. Flashes vienen a mi mente recordando la noche de ayer. De llegar a la discoteca, beber la primera copa, irme al baño con Juls, robar los collares del decorado de la discoteca, no encontrar a las chicas, beber otra copa o ¿quizá dos?, bailar con Juls luego con ¿un chico?, ¿besarme con él? Intento acordarme de esa parte pero no lo consigo. Recuerdo de estar bailando con ese tío a estar en casa de Ky tumbada escuchándola hablar. Me sorprendo al recordar a la perfección lo que dijo, ¿vamos de verdad a escaparnos?

—Toma, ¡ya verás que bien cuando te lo bebas! —abro los ojos y veo a Olive pasarme una taza naranja. La cojo.

Miro el líquido verdoso con un poco de asco, tiene cosas flotando en su superficie. Acerco la taza a mi nariz y aspiro, huele a una mezcla de hierbas.

—¡Oh vamos no pongas esa cara de chupar limones! Va bebe —miro a Olive. Se ha sentado a mi lado. Me regala una sonrisa y hace un gesto con la cara, como queriendo decir que beba ya.

Vuelvo a mirar el líquido. Cierro los ojos con fuerza y bebo un poco. Está muy fuerte, demasiado para mi gusto. Sabe como a manzanilla pero mucho más amargo.

—Más vale que te lo bebas todo —me advierte y vuelve a la cocina.

Lo lleva claro si cree que me voy a beber todo. Si bebo más vomitaré. Me levanto del sofá con la taza en la mano y derramo todo el líquido en el tiesto de una de las tantas plantas que hay. Dejo la taza vacía en la mesita y voy al baño.

Tengo el pelo completamente enredado y despeinado. Unas bolsas oscuras asoman debajo de mis ojos. Tengo muy mal aspecto. Podría pasar por un muerto viviente perfectamente. Levanto el brazo derecho y huelo la axila. Apesto a sudor. Me deshago de la camiseta larga de mangas verdes y de las bragas. Me adentro a la ducha y enciendo el agua. Inmediatamente gotas de agua helada chocan contra mi piel. Necesito agua fría para despertarme y poder ser persona. Empiezo a enjabonarme el pelo con un champú que huele a cerezas y acabo por enjabonar todo rincón de piel con un gel azul. Me aclaro, cojo una toalla blanca del mueble de madera que está justo al lado y me envuelvo en ella.

Salgo del baño y entro al cuarto de Ky que queda justo enfrente.

—Ey ¿qué tal la resaca? —Gin está dentro buscando algo en el interior de su bolsa.

—Asquerosa y puñetera.

—Ten, una aspirina. Y déjame la toalla que me voy a duchar —me da la pastilla y me quita la toalla dejándome totalmente desnuda. Sale por la puerta riéndose. Zorra mala.

5  A L i V EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora