Felix no sabe realmente que hora era cuando se despierta, pero el cielo todavía se encontraba completamente oscuro y el brillo de la luna era lo único que alumbraba su habitación.El canto de los grillos en el exterior es lo único que se escucha. Bueno, eso y el insoportable sonido que lo había despertado.
Música.
El sonido viniendo desde el final de la calle hacia que Felix no pudiera dormir por más que lo intentara.
Aquella noche era la inauguración de un club nuevo en la ciudad. Al borde del principio del bosque, se encontraba un pequeño local que llevaba años vacío.
Hasta ahora.
Así que decidido y con malhumor, Felix sale de la casa de su abuela, pisando la carretera vacía con sus converses rojas desatadas, mientras los grillos a su alrededor le alentaban, le animaban.
Le llevó 10 minutos subir la colina, llegando hasta donde el bosque comenzaba, tras pasar toda la urbanización de casas blancas y jardines cuidados. El club estaba delante de frondosos árboles que parecían abrazar el local, mientras las letras neón en color rojo anunciaban "The maniac club"
Felix lo mira con rabia mientras la luz roja se posa en su rostro. Se abraza a sí mismo por el leve frío de la noche de verano, y decidido a poner una queja, da un paso a delante.
Pero toda ira, todo discurso planeado en su cabeza duraren el camino, se esfuma en cuanto algo más llama su atención.
—No pienso decir nada.
La voz parece ser de un hombre, sonando firme en cada palabra.
—¿En serio vas a ser tan aburrido? -Otra voz más ronca responde, soltando seguidamente una pequeña risita.-
Felix frunce el ceño levemente, y con la curiosidad recorriendo su cuerpo, camina despacio hasta donde las voces provenían.
—Ya sabemos de vuestra existencia, esta vez no será tan fácil
—Siempre lo es.
—No esta vez, alguien más va a por él.
Un bufido parece salir de los labios de aquel chico, como si las palabras del contrario le hubieran molestado.
—Lo mataré, de la misma manera en la que voy a matarte a ti.
El corazón de Felix se acelera con cada palabra, con cada paso que daba. Y entonces, en la parte trasera del club, al lado de un contenedor de basura y alumbrado por una pequeña farola, puede ver a un chico de cabello rojo que vestía completamente de negro.
No se atreve a mirar más, tan sólo la figura difuminada por la distancia de aquel chico.
Coloca ambas manos sobre la fría pared, asomándose para intentar ver algo más, pero entonces, el sonido de un disparo resuena haciendo que se aparte por completo. La curiosidad se esfuma convirtiéndose en miedo, haciendo que los latidos del corazón de Felix se aceleren como nunca antes lo habían hecho.
Queda paralizado, con su respiración atascada en sus pulmones. Su estomago se remueve y casi quiere vomitar.
Por varios segundos no sabe que hacer y cuando vuelve a asomarse para comprobar que aquello era real y no se lo había imaginado, su mirada choca con los ojos de aquel chico.
Entonces, empieza a correr.
Sus piernas duelen por la forma en la que se mueven, pisando la tierra de aquel oscuro bosque conforme se adentraba en el.
Sin embargo, lo siente corriendo detrás de él, y todo en lo que puede pensar es que su destino estaba escrito. Iba a morir como aquel hombre al que acababa de disparar a sangre fría.
"La curiosidad mató al gato"
Era lo que se repetía una y otra vez en su cabeza, la frase que su abuela solía decirle cada vez que preguntaba algo a lo que ella no quería responder. Y por primera vez, desea haberla escuchado.Su respiración agitada y el miedo le hacen sentir como una presa a punto de ser cazada. Siendo el gato que iba a morir a las manos de la curiosidad.
Y entonces, mientas corre preso del pánico, se permite pensar en sus padres, en sí tal vez, ellos sintieron lo mismo que sentía él en aquel momento, si pensaron en él como él se encontraba pensando en ellos.
Tal vez, si no consigue salir con vida de esta, pueda volver a verlos, volver a ser una familia.Pero entonces piensa en su abuela, en lo que sentiría ella si ahora también le perdía a él. Perdió a su hija, y ahora perdería a su único nieto.
Y Felix no podía permitirlo.
Así que corre con todas sus fuerzas, hasta que finalmente termina tropezándose con las fuertes raíces de un enorme árbol, golpeándose la cabeza con fuerza al caer contra un montón de rocas que se encontraban cerca.
Entonces lo sabía, había sido cazado.
Su mirada se volvió borrosa cuando unas botas negras se acercaron a él, a pasos tranquilos. El chico se detiene frente a él y seguidamente se agacha para que su rostro quedara cerca del de Felix.
Y entonces pudo verlo, sus ojos era oscuros como el cielo sobre ellos, gotas de sangre salpicadas como pequeñas pecas a lo largo de su rostro y una apenas visible sonrisa dibujada en sus labios.
Quiso levantarse y correr de nuevo, gritar y despertar a todo el pueblo, porque había un asesino entre ellos. Pero no podía. No podía moverse, no podía hablar, no podía hacer nada.
Y lo último que escucha antes de que todo se volviera negro, fue su voz decir;
—Joder pequitas ¿Que voy a hacer contigo?
ESTÁS LEYENDO
La pesadilla del diablo - Hyunlix
FanfictionExpertos dicen que los sueños existen para satisfacer los deseos de cada persona, o que pueden ser un reflejo simbólico que se adueña de la mente, de los sueños y anhelos del ser humano. Pero aquello no podía ser cierto, no cuando Felix sueña con aq...