Capítulo 9

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Maratón 1/1.

Había veces, como aquella, que tener a Jisung y Minho frente a él era como una especie de escena grotesca a la cual no le podías apartar la mirada.

Como si fueran la cosa más interesante del mundo.

Era tan extraño para Felix verlos así a pesar de que no era la primera vez. Sin embargo, no paraba de fascinarle. Se sonreían el uno al otro de aquella manera en la que no había visto a Jisung sonreír antes, como si nada más en el mundo importara.

Aquella tarde, era la hora más baja en la cafetería, y solo quedaban unos minutos para que el turno de Jisung y Felix terminara. Minho había llegado unos pocos minutos atrás, devolviéndole al castaño el cargador que se había dejado en su coche la noche anterior.

Por lo que ahora Jisung se encontraba sonriendo como un idiota, apoyando sus codos en la barra de la cafetería y mirando a Minho como si fuera la cosa más bella del mundo.

Y eran tan asquerosamente adorables, que Felix no podía apartar la mirada, la curiosidad cosquilleando en él. Su espalda apoyada contra la parte trasera de la barra, cruzándose de brazos mientras su ceño se fruncía cada vez más al verlos.

¿Como se sentiría tener algo así?

Desde que era pequeño le gustaba sentarse con su abuela a mirar películas antiguas, a leer sobre bonitas historias donde los protagonistas terminaban con su final feliz. Y encontrar a Jisung, quien también era un gran fanático del romance, le hizo conocer nuevas películas, nuevas historias, nuevas maneras de querer.

Se pasaban horas descubriendo miles de ellas, algunas con finales más felices que otras, unas más buenas que otras, pero sin embargo, todas ellas trataban del amor.

Y sin embargo, Felix no podía evitar sentirse un completo desconocido ante lo que el amor respecta.

No sabía cómo se sentía, como debía ser, si las mariposas en el estómago eran realmente mariposas o si quizás eran más bien un paro cardiaco. No sabía si te volvía loco, si te hacía perder la cabeza por completo, si quizás la sola idea de perder a la persona que amabas podría matarte aunque tu corazón se mantuviera latiendo.

"Tu madre murió por amor" las palabras de su abuela retumban en su cabeza mientras mira a su mejor amigo, sintiendo un leve escalofrío recorrer su cuerpo.

Esa era la fría respuesta cada vez que un pequeño Felix intentaba saber más sobre la historia de sus padres, sobre cómo se enamoraron, cómo eran, como hubiera sido su vida si quizás no hubieran muerto en aquel trágico incendio en el que tan solo él sobrevivió.

Quizás entonces no estaría ahí, con su mejor amigo, en la cafetería de su abuela, en un pequeño pueblo rodeado de lagos y bosques, sintiéndose extraño alrededor del cantante de una pequeña banda de indie rock.

Y antes de que pueda pensar más en ello, la puerta de la cafetería se abre, la pequeña campanita sobre esta llamando la atención del peliazul.

Y como si el universo se estuviera riendo de él, el chico de cabello rojizo y chaqueta de cuero aparece. Con su pequeña sonrisa, como si supiera que el mundo entero se detenía ante su presencia.

O al menos, así era para Felix.

Porque su corazón se acelera  levemente cuando lo ve entrar. Los recuerdos de lo que sucedió algunas noches atrás le golpean, haciendo que un pequeño torbellino de emociones recorra su cuerpo. La manera en la que sonreía, en la que halagaba sus pecas, la manera en la que había aparecido con aquellas horribles heridas en su rostro. Y sin embargo, ahora se veía como nuevo.

La pesadilla del diablo - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora