VII

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De vuelta en casa, después de pasar 1 semana con mis amigas en la playa me sentía bastante cansada, habia gastado todas mis energías para estos 4 meses de vacaciones en solo 1 semana.

Este verano está siendo uno de los mejores de toda mi vida, comparado con los demás años.

Había conseguido un nuevo grupo de amigas, y sobre todo, había conocido a aquel chico, Ryan, el chico que hacía de mi corazón experimentar miles de emociones a la vez, ese chico, que hacía que mi mundo se parase con solo ver sus lindos y hermosos ojos.

-Mama, ya estoy de vuelta

-¿Que tal el viaje?

-Bastante bien

Después de hablar con mi madre sobre el viaje subo a mi cuarto para deshacer mi maleta y llevar a lavar la ropa sucia.

Ya terminado de ordenar todo salgo a la calle a despejarme un poco, acababa de llegar de un viaje, así que un paseo por mi ciudad tampoco estaba de mal.

Alguien me toca el hombro y me giro para ver quien es.

-Hola, Lara.

Me quedo paralizada al ver de quien se trata, estaba en shock, mi boca no era capaz de transmitir ningún sonido.

-¿Cuanto tiempo, verdad?

Asiento con la cabeza, no me siento capaz de responder con palabras.

-Bueno, se ve que no tienes ganas de hablar, aquí tienes mi numero, por si quieres que volvamos a hablar. 

Dejó un papel con un numero apuntado en mi mano mientras sonreía, como odiaba esa sonrisa, esa sonrisa que en su tiempo, me tenia loca, esa sonrisa falsa...

Nada mas que el se da la vuelta salgo corriendo al banco mas cercano a mi, acababa de revivir todo mi pasado, ese maldito pasado que me había costado años de superar. Agacho la cabeza y empiezo a llorar silenciosamente, por miedo a que alguien me vea.

Miro el papel con su numero con furia, lo arrugo y lo tiro lo mas lejos posible de mi, no lo había vuelto a ver en todos estos malditos años, ya lo había olvidado, pero justamente, este día, el tuvo que volver y arruinar todos estos años de esfuerzos.

(...)

Después de unos minutos llorando torpemente decido secarme las lagrimas y volver torpemente a mi casa.

Entro a mi casa haciendo el menos ruido posible y subo torpemente hacia mi cuarto, me tiro a mi cama y me quedo mirando el techo un largo rato.

Decido bajar a mi sótano y entrar en esa habitación en la que me había prometido nunca volver a entrar, cojo una caja que estaba escondida y la abro lentamente intentando no llorar en el proceso. 

Lo primero que llego a ver son las primeras fotos que tenia con el, Isaac, ese chico, del que llegue a enamorarme un día.

Miro todas las fotos y regalos que en su momento me dió, con una mirada de tristeza, ira y rencor a la vez.

Me levanto del suelo de un impulso cierro la caja y la cojo, subo las escaleras y salgo a la calle, ando hasta el cubo de basura mas cercano a mi casa y me quedo mirando la caja, pensando en si estaba haciendo bien al tirarla, le tenia demasiado rencor a ese chico, pero la caja estaba llena de nostalgia que me hacia pensar que no valía la pena tirar a la basura todos esos recuerdos, pero sin pensármelo ni un minuto más, solo con ganas de eliminarlo de mi vida, tiro la caja a la basura y me voy lo mas rápido que puedo de ese lugar para no arrepentirme.

Entro a mi casa y me encierro en mi cuarto de nuevo, mi vida estaba siendo perfecta hasta hoy, el día en el que el tuvo que volver a aparecer por mi vida.

Agarro mi móvil y veo el antiguo número de Isaac, bloqueo su número y lo elimino, solo por si acaso, quien sabe si seguía teniendo ese número.

(...)

Me despierto después de haberme quedado dormida sin darme cuenta, eran las 6 de la tarde y no había ni almorzado.

Bajo a la cocina y me preparo algo de comer mientras reviso mi móvil para ver si tengo nuevos mensajes.

(Mensaje)

Giselle
Lara, hemos quedado en el parque, ¿quieres venirte?

Lara
Claro! Dentro de nada voy para allá.

Giselle
Aqui te esperamos, ve con cuidado.

Subo a mi cuarto después de comer algo, me visto y me maquillo, tratando de esconder que me lleve horas llorando, no tenía pensado salir hoy, pero salir un rato con mis amigas supongo que me subirá los ánimos.

Salgo de mi casa y voy hacia el parque donde habían quedado las chicas.

-¡Lara!- Giselle se abalanzó sobre mí y me abrazó con mucha fuerza

-Hola Giselle, todavía no me acostumbro a tus abrazos- dije con una risa burlona

-Te tendrás que acostumbrar por qué con el tiempo se volverán peores- me respondió devolviéndome otra risa burlona.

(...)

Ya se fueron todas mis amigas y me quedo esperando a que llegue mi madre a recogerme porque era demasiado tarde como para ir andando sola a casa.

Agarro mi móvil porque me acababa de llegar un mensaje

Ryan
Hola Lara

Lara
Hola Ryan, ¿que pasa?

Ryan
Nada importante, la verdad

Te quería preguntar si te gustaría venir el finde que viene al centro comercial

Lara
Claro! Con gusto voy

Ryan me acababa de invitar a salir, sentía que mi corazón iba a salir disparado de mi pecho, ¿Salir con Ryan? Un sueño que nunca pensaba que se haría real.

(...)

Veo el coche de mi madre a lo lejos así que decido acercarme a la carretera para poder subirme al coche cuando pare.

Mi madre para el coche y abro la puerta para entrar.

-¡Lara!

Me giro para ver si acababa de escuchar a alguien decir mi nombre o solamente me estaba volviendo loca.

Y no, no me estaba volviendo loca, allí estaba otra vez el, saludándome como si nuestro pasado nunca hubiera existido, como si todo lo que pasó en aquel momento nunca hubiera existido.

- ¡Lara! ¡Espera!- dijo mientras corría hacia mi

Quitó la mirada rápidamente como si nadie viniera corriendo hacia mi y me subo al coche lo más rápido posible.

-Mama, vamos rápido, por favor.

Llego a mi casa y me vuelvo a encerrar en mi cuarto, me tiro a la cama y miro el techo durante unos minutos.

¿De que sirve intentar olvidar a alguien si después esa persona se va a presentar en tu vida como si nada hubiera ocurrido entre vosotros?

nosotros y nadie másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora