Sung se mordió el labio inferior. Sabía de su anormalmente largo pene. La mayoría de los hombres se intimidaban por su pene. Rezó porque Kyuhyun no fuera uno de esos y entonces lo hiciera a un lado. Algunos hombres no podían manejar ser sobrepasados en longitud y grosor.
—¿Algo está mal?— preguntó nervioso. Sung estaba aterrado de que Kyuhyun cambiara de opinión, que le dijera que esto no iba a funcionar. No sería la primera vez que lo oyera. Pero por alguna razón el pensar que Kyuhyun lo dijera le dolía más de lo que normalmente lo hacía.
Kyuhyun levantó la vista hacia él, sus ojos bien abiertos y sus labios ligeramente abiertos. ¿Ese era un buen signo? Sung pensó que él iba a perder la cabeza esperando a que Kyuhyun dijera algo, cualquier cosa. Él lo miraba fijamente, haciéndolo sentir cohibido y queriendo desesperadamente subirse la ropa.
—Ni una maldita cosa, pájaro.
Sung soltó una respiración de alivio. Debería de haber sabido que Kyuhyun no era como la mayoría de los hombres. El intenso interés y la manera como lo veía eran signos de que Kyuhyun era diferente.
Se acostó sobre su espalda cuando Kyuhyun subía sobre él en la cama y se acomodaba entre sus piernas. Suspiró antes de que su pene se moviera. El hombre era tan malditamente caliente.
—Hazlo de nuevo.
—¿Qué?— Sung no tenía ni idea de lo que Kyuhyun estaba hablando. Él estaba muy ocupado concentrándose en ver a Kyuhyun sobre él.
—Haz que salte. —Kyuhyun lamió sus labios y el pene de Sung saltó de nuevo. El pensar en el gran hombre chupándolo lo tenía listo para correrse. La anticipación se construía en él mientras veía a Kyuhyun rodear con la mano su pene.
El pene de Sung lo llenó de lujuria y necesidad. Eso transfiguró la cara de Kyuhyun. Se veía salvaje, y Dios le ayude, Kyuhyun se veía como un gran depredador con esos grandes ojos grises.
Sung siseó cuando Kyuhyun chupó su pene en el interior de su boca. Apretó el culo haciendo su mejor esfuerzo por llevarlo más profundamente. Nadie lo había tomado de esa manera y él se moría por lo que Kyuhyun le estaba haciendo justa ahora.
—Por favor —Sung rogó queriendo que Kyuhyun lo tomara totalmente.
El gran hombre se empujó más, casi desenganchando su mandíbula mientras Sung gemía. Kyuhyun lo hizo, tomó a Sung hasta la empuñadura. «Oh joder». La cabeza de Sung cayó hacia atrás gimiendo al techo ante las nuevas sensaciones que lo recorrían.
Sus pensamientos se aventuraron a nuevas posibilidades. Posibilidades en las que Sung jodía a Kyuhyun. ¿Podría su grande y enorme motociclista permitir que él se hundiera en ese apretado, lindo y tentador redondo trasero?
De alguna manera dudaba eso, pero recordó esperanzado cómo los músculos de la garganta de Kyuhyun le robaban cualquier otro coherente pensamiento que hubiera tenido.
Los músculos trabajaban en su pene, masajeando y acariciando su carne. Sung gritó mientras se corría. Sus manos jalando los sedosos rizos de Kyuhyun, tratando de anclarse ante la turbulenta tormenta que lo recorría. Sus musculosos muslos se tensaron sosteniendo el peso del orgasmo que tomaba todas las células de su cuerpo.
Se hundió en el colchón, tratando de enfocar su golpeado cerebro. Kyuhyun se apartó, liberando su pene y sonriendo. —Fue una infernal escena la que acabas de hacer —se rió.
—Fue una infernal mamada la que me acabas de dar. —Sung se rodó desesperado por ser jodido y desesperado por joder. Él no estaba seguro qué lo encendía más.
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Manada Park #18
RomanceLee Sungmin siempre pasó suavemente por la vida, sólo se divertía y cuidaba de su hermano menor, Jaejoong. Él disfrutaba ser quién era, hasta que hablaba con su mamá, su propio crítico personal. Quien era feliz recordándole todos sus defecto...