VIGILANTE SHIT ━━ ❛ Naerys Velaryon fue una de las sobrevivientes a la danza de dragones, donde su tío Aegon Targaryen se quedó con el trono luego de que este asesinara a su madre.
Naerys tiene que aprender a sobrevivir en esta nueva vida donde no...
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"Señor, sabes que lo estoy intentando. ¿Es suficiente lo que tengo? Señor, quiero quedarme. Señor, sabes que estoy luchando".
—I'm Tired.
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AÑO 116 DESPUÉS DE LA CONQUISTA, KING'S LANDING.
Aegon entro riendo, siendo seguido por Helaena y Aemond, quienes evidentemente habían perdido la carrera hacía los aposentos de su madre. Él por supuesto no hizo trampa alguna para llegar primero, solo fue el resultado evidente de que sus habilidades destacaban mucho más porque sus hermanos eran demasiado lentos. Con la respiración algo agitada, saludo a la reina con un beso en la mejilla quien inmediatamente les regaño suavemente diciéndoles que no deberían hacer este tipo de juegos porque los guardias terminan persiguiéndolos para asegurarse de su bienestar.
No les vendría mal un poco de ejercicio quiere decir el príncipe, pero se arrepiente y solo asiente con una gran sonrisa asegurando que no se repetiría, aunque en el fondo todos sabían que eso sucedería cada día en el horario de la cena. Aegon mira con curiosidad la cuna de su hermano menor, parecía dormir tranquilamente como si nadie más existiera allí, a pesar del ruido que hicieron en su llegada. Eso siempre le pareció extraño, pero no lo pensó demasiado y se unió rápidamente a la mesa con su familia. Se siente feliz al sentir las caricias en su cabello por parte de su madre, parecía que a ella le gustaba mucho cuando se acercaba a ver a Daeron.
Como siempre luego de rezar a los Dioses disfruta de las delicias que son servidas en la mesa, sirviéndose tanto como puede. Su estómago siempre rugía por el hambre y los maestres decían que no debía preocuparse porque eso solo significaba que era un niño sano a sus nueve onomásticos, así que comía sin culpa alguna. Helaena y Aemond siempre han sido bastante callados, de manera que él toma ese espacio para poder conversar sobre todo lo que hizo durante el día con entusiasmo. Sin embargo, sus ojos no pudieron evitar recaer en ese asiento que siempre dejaban libre esperando que su padre haga acto de presencia para comer con ellos. Algunas veces habían tenido la suerte de que apareciera y compartiera con el resto de la familia, pero por lo general se mantenía ese espacio vacío.