Stay Alive (YM)

Capítulo 8

—Esto no está bien —jadeó excitado, mientras la boca de Yoongi se encargaba de mandar ráfagas de placer al cuerpo al que estaba estimulando con su boca.

La lengua de él se aventuraba en su entrada, sus testículos y por toda la extensión de su pene, introduciéndolo en su boca con deleite, gimiendo al observar los gestos del rubio. Bastó un par de lamidas y chupetes en su glande para sentir el líquido espeso entrar en su boca, sin perder detalle de su sabor, tragando sin dejar de succionar hasta la última gota mientras Jimin temblaba y más que gemir, lloriqueaba por el sobreestímulo.

Subió por su cuerpo, besando con adoración desde su pelvis hasta su cuello y luego separándose un poco para besar sus labios de manera lenta. Jimin no podía más, ya lo habían hecho tres veces, en diferentes lugares de la casa. En ese momento Yoongi lo tenía sobre la lavadora en el cuarto de lavado. Jimin se sostuvo de los hombros de Yoongi cuando sintió como él se alineó de nuevo en su entrada y entró en él de manera más suave a las demás.

El balanceo de caderas se sincronizaban de manera armoniosa, ambas bocas se encontraron, y ésta vez en lugar de caricias salvajes eran roces en el cuerpo de Jimin. Las manos de Yoongi recorrían desde sus rodillas hasta su cadera, delineando su cintura y viceversa, la sensación era extraordinaria y adictiva.

Su amante se alejó, dándole oportunidad a dejarse caer hacia atrás, recostandose en la pared. Yoongi tomó su pierna y la subió a su hombro, facilitando más el acceso completo entre las piernas del menor, besó su pantorrilla, dejando chupetones en ella. Los labios entreabiertos de Jimin no dejaban de gemir y encender aún más a Yoongi. Para él, los sonidos del menor eran como afrodisíaco.

—Eres hermoso —dijo Yoongi acercándose para susurrar sobre su boca—. Tan lindo, tan perfecto.

—Yoon... más, estoy a punto de… —las palabras de Jimin se detuvieron al sentir a Yoongi aumentar la velocidad de sus embestidas, sin dejar de ser suave.

Pocos minutos después ambos culminaron y así otra ronda de pasión. Aquello parecía irreal, desde el inicio pareció todo un sueño, pero dentro de Jimin no había ni una sola pizca de arrepentimiento a pesar de saber que no estaba bien lo que hacía con su vecino, con el hombre que apesar que le había abierto los ojos ante su falso matrimonio, no esperó tener algo con Jimin.

—Vas a matarme —comentó Jimin con gracia—. Ya lo hemos hecho muchas veces.

Yoongi ya tenía su ropa en su lugar, con la excepción que su camisa dejaba ver manchas húmedas de sudor en su pecho y hombros.

—Eres adictivo, no es mi culpa.

—¿Entonces es mía?

—Y de los que crearon tu perfección —dijo para después dejar un beso en sus labios, Jimin sonrió.

—Me encargaré de decírselo a mis padres.

Yoongi sonrió de igual manera, le parecía tan fantasioso aquél momento, que temió que todo acabase. Pensó que la atracción hacia Jimin era solo deseo sexual, que bastaría con hacerlo una vez para calmar el desespero en su interior. Muy por el contrario a sus pensamientos, descubrió que quería más, mucho más de Park Jimin, descubrió que había quedado aún más sediento del hombre rubio de linda sonrisa y ojos expresivos.

Cómo la que le estaba dedicando en ese momento, una sonrisa tan hermosa que hizo palpitar aún más rápido su corazón, y cada parte de su ser le gritaba que lo atrajera hacia él.
Lo abrazó, siendo correspondido de forma grata.

—No te arrepientas por favor, amé cada momento contigo —dijo Yoongi, temiendo que al final, Jimin lo odiara.

El menor se separó un poco para conectar su mirada con la del pelinegro, en ella habían mil emociones. Yoongi delicadamente acariciaba sus piernas, esperando expectante las palabras de Jimin.