Isabella Sainz y Max Verstappen, dos almas cuyos caminos se entrelazaron en el pasado, se encuentran después de muchos años en circunstancias inesperadas. En su juventud, compartieron risas, secretos y sueños en el vibrante mundo de la Fórmula 1, pe...
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╰┈➤𝑹𝒆𝒅 𝒃𝒖𝒍𝒍 𝒆𝒏𝒆𝒓𝒈𝒚 𝒔𝒕𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏
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╰┈➤𝑷𝒐𝒗 𝑰𝒔𝒂𝒃𝒆𝒍𝒍𝒂 𝑺𝒂𝒊𝒏𝒛
Al entrar al paddock de Red Bull Racing, me encontré con una mezcla de emociones. Por un lado, la emoción y la anticipación por firmar mi contrato y comenzar mi carrera en el equipo; por otro lado, la tensión y el nerviosismo por la presencia de Max, Kelly y Penelope.
Los fotógrafos y los paparazzi se agolpaban a mi alrededor, buscando capturar cada movimiento y expresión. Afortunadamente, contaba con Zack, mi manager, y Jacob, mi amigo cercano, para ayudarme a sortear la situación. Sin embargo, no podía evitar sentir la mirada de Max sobre mí, a pesar de los esfuerzos de Kelly por mantenerlo alejado.
Al adentrarme en el paddock de Red Bull, me sentí acompañada por Checo, quien siempre había sido un gran apoyo para mí. Sus palabras de ánimo y su presencia reconfortante me ayudaron a mantener la compostura mientras nos dirigíamos hacia la oficina de Horner.
Al entrar, me encontré con la sorpresa de ver a Jos Verstappen junto a Horner. La presencia de ambos agregaba una capa adicional de tensión al ambiente ya cargado. Estaba lista para enfrentar lo que sea que estuviera por venir, pero no podía evitar sentir un nudo en el estómago ante la incertidumbre de la situación.
La atmósfera en la oficina se volvió aún más tensa cuando comenzó la conversación sobre el contrato. Me senté frente a Horner, con Jos a mi lado, observando cada movimiento y palabra con atención. Sabía que esta negociación sería crucial para mi carrera, y no podía permitirme cometer errores.
La entrada de Helmut Marko, una figura imponente y emblemática en el equipo, agregó una nueva capa de intensidad a la situación. Su presencia dejó en claro la importancia y la seriedad de este momento para todos los involucrados. Checo, fiel a su estilo tranquilo pero determinado, se mantenía sereno detrás de mí, apoyado en la pared, listo para intervenir si fuera necesario.
