Isabella Sainz y Max Verstappen, dos almas cuyos caminos se entrelazaron en el pasado, se encuentran después de muchos años en circunstancias inesperadas. En su juventud, compartieron risas, secretos y sueños en el vibrante mundo de la Fórmula 1, pe...
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╰┈➤ POV ISABELLA SAINZ
Al bajar las escaleras, me encuentro con todos reunidos en la sala, incluyendo a Max y su familia. Siento la tensión en el aire, y no puedo evitar notar la mirada penetrante de Max sobre mí. Su rostro muestra una sonrisa que parece más forzada que genuina. Detrás de mí, Lewis permanece cerca, lo que me brinda cierto grado de tranquilidad.
La presencia de Kelly, la chica que me dio una cachetada, me genera cierta incomodidad y me hace cuestionarme por qué Carlos la dejó entrar. Sin embargo, me mantengo firme y decido enfrentar la situación con determinación.
Decido ignorar a Max y a los demás en la sala y me dirijo hacia el garaje, donde noto la puerta abierta. Al entrar, me encuentro con una escena tierna y conmovedora: una pequeña niña está jugando sola, tratando de meter un balón en el aro. No puedo evitar notar la similitud entre ella y Max, y deduzco que debe ser su hija.
Me acerco con una sonrisa amable y gentil, observando cómo la niña se concentra en su juego. No quiero interrumpirla.
La pequeña se disculpa nerviosa, pensando que la voy a regañar por estar en el garaje sin permiso. Sin embargo, le aseguro que no hay problema y me acerco para estar a su altura.
Isabella:Tranquila, no pasa nada. ¿Quieres meter ese balón en el aro?-le pregunto con una sonrisa tranquilizadora. Sus ojos se iluminan con entusiasmo y asiente con la cabeza. La cargo para que pueda alcanzar el aro y juntos intentamos encestar el balón una y otra vez, compartiendo risas y diversión.
Después de un rato, la niña sugiere jugar en el jardín con sus muñecas. Acepto encantada y la sigo afuera, disfrutando del sol y del aire fresco. Nos sentamos en una mesa de madera y la niña me presenta a su muñeca, nombrándola como Cenicienta, mientras ella se identifica como Ariel.
"¡Claro que sí! Seré tu princesa favorita", le digo con una sonrisa, sumergiéndonos en un mundo de imaginación y juego mientras compartimos un momento especial en el jardín.
La niña me mira con ojos curiosos y pregunta con inocencia:
Penelope:¿Eres amiga de mi papá Max?-Su voz es suave y dulce, y su pregunta me toma por sorpresa.