𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒅𝒆 𝒃𝒊𝒆𝒏𝒗𝒆𝒏𝒊𝒅𝒂

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Rosé tenía el ceño fruncido y miraba a su alrededor confundida. Estaba en la banca campo de fútbol sentada junto a los jugadores de reserva. El equipo estaba en un partido contra otro equipo.

El partido fue intenso, duro y sucio. La gente recibe patadas y codazos en la cara. El entrenador Jackson observa con gran interés. Entonces, de repente, se da vuelta y grita. - ¡Está bien Park, vas a jugar! - La señaló el entrenador.

- ¿YO? - Preguntó confundida. -

- ¿Te quedaste sordo? - Él gritó. - ¡Entra pronto! ¡Ahora!

Se levantó rápidamente y se dio cuenta de que llevaba un vestido con una falda exageradamente alta.

- ¡Ven allí pronto! ¡Vamos! - Su entrenador no paraba de gritar.

Rosé corrió apresuradamente hacia el campo y terminó jugueteando con su vestido, cayéndose poco después.

- ¡Ahh Dios mío! - Su entrenador gimió lamentándose al ver la escena.

Rosé se recuperó y volvió corriendo al centro del campo. Tan pronto como fue vista por los jugadores, le pasaron el balón y ella tuvo que llevarlo al otro lado. Rosé trató de sujetarse el vestido mientras corría, de usar las piernas para poder controlar el balón que tenía delante.

Ella mira a su alrededor, tratando de mantenerse alerta para evitar a los jugadores contrarios que corrían hacia ella como animales salvajes, los cuales afortunadamente pudo esquivar fácilmente.

Incluso jugueteando con su vestido, logró llegar al otro lado del campo. En la portería, vio a la persona que hizo su vida un infierno por un tiempo, debido a su sexualidad, Chanyeol.

- ¡Vamos, gatito! ¡Ven! - Dijo burlándose de ella.

Sintiendo un enojo repentino, y consumiendo mucha fuerza, usó su pierna derecha para lanzar la patada más grande que pudo al balón, para que impactara en la red, pero de alguna manera el movimiento la hizo resbalar y golpear fuertemente su espalda contra el balón.. piso.

Todos se pusieron a su alrededor para señalarla y reírse de ella. Entre los jugadores, su familia aparece con caras de furia y decepción.

- ¡ Es tu culpa! - Ellos dijeron.

- ¡Eres una decepción para nosotros! - escuchó decir a su padre.

- ¡Nunca serás como yo! - Dijo su hermana mayor, Alice, con expresión inferior.

- ¡Es tu culpa! - Continuaron diciendo, mientras los jugadores reían.

- ¡Cómo pude tener una hija así! - gritó su madre.

- ¡No iré a Moscú por tu culpa! - La acusó Jimin.

- ¡Nunca llegarás a ninguna parte! Dijo su padre enojado.

- ¡Es tu culpa! - Y lo volvieron a repetir.

Insistieron en sus dolorosas palabras, mientras los jugadores seguían riendo, hasta que Jimin le arrojó un balde de agua y se dio cuenta de que no estaba recostada en el pasto, sino en el colchón de su dormitorio, completamente mojada. Y quienes la rodeaban no eran sus padres, ni sus hermanos, ni los jugadores, sino varios chicos con el rostro cubierto por máscaras.

- ¡Es hora de despertarse! - Gritó uno de ellos, y de repente los demás levantaron a Rosé sacándola de la habitación.

- ¡¿Q-qué es eso?!! ¡Ey! ¡Sueltame! ¡Sueltame! - Gritó Rosé con su voz normal, pero debido al movimiento y gritos de los enmascarados, solo ella se encontró con esto, alzando la voz inmediatamente después. - ¡Sueltame! ¡¡Sueltame!!

Tu Eres El Hombre - [Chaennie] -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora