Entre la Confusión y la Certeza

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Narra Denna
La mañana siguiente trajo consigo una sensación de renovación y determinación mientras nos preparábamos para otro día en la academia. A pesar de la incómoda situación de la noche anterior, sentí una extraña calma en mi interior, como si finalmente hubiera encontrado la paz después de tanto tiempo.

Mientras nos dirigíamos hacia la sala de ensayo, noté a Alex caminando a mi lado, su expresión serena pero ligeramente nerviosa. Sabía que había mucho que discutir entre nosotros, pero también sabía que estaríamos bien, siempre y cuando estuviéramos juntos.

Cuando llegamos a la sala de ensayo, nos encontramos con Suzete, quien nos miró con una mezcla de sorpresa y cautela. Sin embargo, antes de que pudiera decir una palabra, decidí abordar la situación de frente.

—Suzete, necesitamos hablar —dije, mi voz firme pero tranquila.

Ella asintió, su mirada llena de curiosidad y una pizca de aprensión. Nos dirigimos hacia un rincón apartado de la sala, lejos de las miradas curiosas de nuestros compañeros, y nos sentamos frente a frente.

—Lo siento por lo que pasó anoche, Suzete. No debería haber reaccionado de esa manera y quiero disculparme contigo —dije, mirándola directamente a los ojos.

Suzete parecía sorprendida por mis palabras, pero asintió con una pequeña sonrisa.

—Gracias, Denna. Aprecio tu disculpa. También quiero disculparme por mi comportamiento. Fui demasiado lejos y no debería haber insinuado nada sin saber la verdad —respondió, su tono sincero y arrepentido.

Respiré profundamente, sintiendo un peso levantarse de mis hombros. Había sido un momento difícil, pero era reconfortante saber que podíamos superarlo juntas.

—Gracias, Suzete. Significa mucho para mí que podamos resolver esto —dije, sonriendo con gratitud.

Nos quedamos en silencio por un momento, dejando que nuestras palabras se asentaran entre nosotros. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, noté una expresión de dolor cruzar el rostro de Suzete, sus ojos llenos de lágrimas contenidas.

—¿Estás bien, Suzete? ¿Qué pasa? —pregunté, preocupada por su repentino cambio de ánimo.

Suzete inhaló profundamente, tratando de controlar sus emociones antes de responder.

—Lo siento, Denna. No puedo evitarlo más. He estado lidiando con esto sola por tanto tiempo, pero no puedo seguir fingiendo que todo está bien —dijo, su voz temblorosa con emoción—. Me duele tanto, Denna. Me duele ver a Alex y a ti juntos, sabiendo que... que yo también siento algo por él.

La confesión de Suzete me dejó sin palabras, sorprendida por su honestidad y vulnerabilidad. No podía imaginar el dolor que había estado guardando en su interior, ni cómo había afectado nuestra amistad.

—Lo siento, Suzete. No tenía idea de que estuvieras pasando por esto —dije, mi corazón lleno de compasión—. Pero quiero que sepas que estamos aquí para ti. Siempre puedes contar con nosotros, pase lo que pase.

Suzete asintió con gratitud, sus lágrimas cayendo libremente por sus mejillas.

—Gracias, Denna. Significa mucho para mí tener su apoyo —dijo, su voz ahogada por la emoción.

Nos abrazamos en un gesto de consuelo mutuo, dejando que nuestras lágrimas se mezclaran en un símbolo de solidaridad y amistad. A pesar de nuestras diferencias y desafíos, éramos más fuertes juntas, capaces de superar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.

Después de nuestro emotivo encuentro, Suzete y yo nos unimos al resto de nuestros compañeros en la sala de ensayo, listas para enfrentar el día con renovada determinación y camaradería. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero con el apoyo de mis amigos y la fortaleza de mi corazón, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en nuestro camino.

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