Entre lágrimas y dudas: La tormenta emocional de Denna

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Al día siguiente, el sol filtrándose por las cortinas despertó a Denna de su sueño reparador. Al abrir los ojos, se encontró con la cálida luz matutina iluminando el salón, y por un momento se sintió confundida. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado anoche?

Pero entonces recordó. Recordó el ataque de ansiedad, las palabras reconfortantes de Alex, la historia que le había contado para ayudarla a conciliar el sueño. Y lo más importante, recordó que no estaba sola.

Con cuidado, se incorporó lentamente, tratando de no despertar a Alex, quien aún dormía a su lado en el sofá. Observó su rostro tranquilo y sereno, sintiendo un profundo amor y gratitud hacia él. En ese momento, se dio cuenta de lo afortunada que era de tenerlo a su lado.

Decidió dejarlo descansar un poco más y se levantó con cuidado, estirando los músculos rígidos después de dormir en el sofá. Se dirigió hacia la cocina en busca de algo para desayunar, pero al entrar se encontró con una sorpresa inesperada.

Salma, Violeta, Naiara y Lucas estaban allí, observándola con una mezcla de sorpresa y diversión. Denna se ruborizó al darse cuenta de que habían sido pillados durmiendo en el sofá, y se preguntó cuánto tiempo llevaban observándolos.

Salma: (con una sonrisa traviesa) Parece que alguien pasó una noche interesante.

Violeta: (riendo) ¿Quién iba a decir que los dos tortolitos terminarían durmiendo juntos en el sofá?

Denna se sintió avergonzada, pero luego recordó la conexión especial que compartía con Alex, y una sonrisa tímida se formó en sus labios.

Denna: (sonrojada) Bueno, es una larga historia...

Naiara: (riendo) No te preocupes, Denna. Estamos felices de verte bien. ¿Cómo te sientes hoy?

Denna: (sonriendo) Mucho mejor, gracias. Anoche fue un poco difícil, pero Alex estuvo allí para ayudarme.

Lucas: (asintiendo) Eso es genial. Es importante tener a alguien en quien confiar cuando las cosas se ponen difíciles.

Denna estuvo de acuerdo. Sabía que tenía mucha suerte de tener a Alex a su lado, apoyándola en cada paso del camino. Y aunque no sabía qué depararía el futuro, se sentía reconfortada por saber que no estaba sola.

Después de un rato, Alex finalmente se despertó del sueño profundo en el sofá. Se estiró y bostezó, sintiéndose revitalizado por una buena noche de descanso. Decidió ir a la cocina a prepararse algo para desayunar, y al entrar se encontró con Lucas, quien lo recibió con una sonrisa.

Lucas: (riendo) Parece que alguien ha dormido bien esta noche.

Alex: (sonriendo) Sí, la verdad es que sí. ¿Cómo estás, Lucas?

Lucas: Estoy bien, gracias. ¿Y tú? ¿Cómo te sientes hoy?

Alex: Me siento genial, gracias. Anoche fue un poco movida, pero todo está bien ahora.

Lucas: Me alegra escuchar eso. Si necesitas hablar sobre lo que sea, ya sabes dónde encontrarme.

Alex asintió con gratitud, apreciando la preocupación de Lucas. Mientras preparaba su desayuno, no pudo evitar pensar en Denna y en lo mucho que le gustaría compartirla con él. Se preguntaba si ella también había despertado y cómo se sentiría después de la noche anterior.

Decidió ir a buscarla y asegurarse de que estuviera bien. Se acercó al sofá donde la encontró, dormida todavía con una expresión tranquila en su rostro. Con suavidad, se inclinó y le dio un beso en la mejilla como gesto de buenos días.

Alex: (susurrando) Buenos días, rubita.

El beso fue breve pero cariñoso, y cuando se apartó, notó que Violeta, Salma y Kiki los observaban con expresiones de sorpresa desde la puerta de la cocina. Alex se sintió un poco avergonzado por haber sido sorprendido en ese momento íntimo, pero no pudo evitar sonreír ante la mirada cómplice de sus amigas.

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