La Prueba de Confianza

266 8 0
                                    

Narra Denna

A la mañana siguiente, nos despertamos con la luz del sol entrando por la ventana. El día estaba despejado y perfecto para un reencuentro. Denna y yo nos preparamos y salimos rumbo al parque donde habíamos acordado encontrarnos con nuestros amigos.

Llegamos y, a lo lejos, vimos a Violeta, Salma, Kiki, Ruslana, Omar, Lucas, Juanjo y Naiara. Estaban todos reunidos en una gran manta, rodeados de comida y risas. Al vernos, se levantaron y vinieron corriendo hacia nosotros, llenándonos de abrazos y alegría.

Violeta: ¡Alex, Denna! ¡Por fin! ¡Os hemos echado tanto de menos!

Salma: (riendo) Pensábamos que os habíais olvidado de nosotros.

Denna: ¡Claro que no! Ha sido un tiempo difícil, pero estamos aquí ahora.

Kiki: (con una sonrisa amplia) Vamos, sentaos. Tenemos mucho de qué ponernos al día.

Nos unimos a ellos en la manta, y pronto la conversación fluía con facilidad. Hablamos de todo lo que había pasado en esos cinco meses, las aventuras y desafíos que cada uno había enfrentado. Fue reconfortante sentir la calidez y la conexión con nuestros amigos, como si el tiempo no hubiera pasado.

Ruslana: (mirándome con curiosidad) Alex, cuéntanos, ¿cómo ha sido todo este tiempo? Pareces diferente, más... feliz.

Alex: (sonriendo y mirando a Denna) Ha sido increíble. Tener a Denna a mi lado ha sido una bendición. Hemos pasado por mucho, pero cada día juntos ha sido un regalo.

Omar: (dándole una palmadita en la espalda) Me alegra escuchar eso, hermano. Se nota que estáis bien.

Lucas: (levantando una copa) ¡Por los buenos momentos y los amigos que siempre están ahí!

Todos levantamos nuestras copas y brindamos. Las risas y las historias continuaron mientras disfrutábamos de la comida y de la compañía mutua. Naiara y Juanjo comenzaron a jugar a la pelota, animando al resto a unirse.

Naiara: ¡Vamos, chicos! ¡Un poco de deporte para hacer sitio para el postre!

Nos levantamos y comenzamos un partido improvisado. La pelota volaba de un lado a otro mientras corríamos y reíamos como niños. Ver a Denna tan feliz y llena de vida me hizo sentir una gratitud inmensa. Este reencuentro con nuestros amigos era justo lo que necesitábamos.

Después de jugar, nos sentamos de nuevo en la manta, exhaustos pero contentos. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos naranjas y rosados. Violeta sacó una guitarra y comenzó a tocar suavemente, llenando el aire con música.

Violeta: (cantando suavemente) No hay nada como estar rodeado de amigos y ver el sol ponerse. Esto es lo que hace que la vida valga la pena.

Denna: (recostándose en mi hombro) Estoy de acuerdo. Esto es perfecto.

Mientras la música continuaba, me di cuenta de lo afortunado que era. No solo tenía a Denna, sino también a un grupo de amigos que eran como una familia. A pesar de las dificultades, había encontrado mi lugar, rodeado de amor y amistad.

Alex: (susurrando a Denna) Gracias por hacer esto posible. Te amo.

Denna: (mirándome con amor) Yo también te amo, Alex. Siempre estaré aquí, junto a ti.

Nos abrazamos, disfrutando del momento y de la compañía de nuestros amigos. Esa noche, mientras el cielo se oscurecía y las estrellas comenzaban a brillar, supe que no importaba lo que el futuro nos deparara. Con Denna y nuestros amigos a mi lado, podríamos enfrentar cualquier cosa.

Narra Alex

El sol se estaba poniendo, creando un ambiente perfecto lleno de risas, música y conversaciones. Estaba rodeado de amigos, sintiéndome más feliz y relajado de lo que había estado en mucho tiempo. De repente, una figura familiar apareció entre los árboles, caminando hacia nosotros con determinación. Era Suzete, una vieja conocida de los días de academia.

Destino o Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora