XII

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───¿Un regalo? ───La ceja derecha del joven había creado una pequeña curvatura. Conocía muy bien a su mejor amigo, pero habían cosas que siempre se le escapaban. NamJoon por otra parte se mantenía erguido, jugando ahora con sus enormes manos tras haber guardado las llaves. ¿Estaba avergonzado?

───Las cosas Sureñas son bonitas... Y resistentes. ───Ahí estaba la razón. JungKook casi estalla al reír tan fuerte, dando un par de pequeñas amigables palmadas en su espalda. ───Veré lo que puedo hacer. ───Murmuró, provocando un brillo en las orbes del Alfa de casi dos metros quién se sentía triunfante. Punto para Namjoon.

El camino fué agradable, quién ambos dialogaban de cosas cotidianas sin mencionar sus deberes cómo príncipe. Ya estando frente la puerta, JungKook miró a su amigo, terminando por darle el resto del día libre al no ser de ayuda. Pensaba descansar y quién sabe, besar aquellos labios que esperaba dentro a su espera.

Una reverencia y NamJoon volvió por dónde había vuelto. El jóven príncipe acarició el pomo dorado, girándolo lo suficiente para abrir la puerta y entrar.

La imagen casi le da un síncope. JiMin estaba ahí, por supuesto, pero dormido, sobre su cama. La escena era preciosa ante sus ojos, un bonito Ángel caído del cielo que deslumbraba sin más. Se quitó un par de botones, los suficientes para estar cómodo mientras iba hasta la cama, admirando al Omega.

Su cabello rubio caía como una bonita cascada por su rostro, tapando un poco sus facciones. ───JiMin... ───Murmuró lo suficientemente bajo para ser el único en la conversación. Se acercó, tomando asiento en el borde para verle un poco más, su lobo lo suplicaba. Nunca había tenido aquél sentimiento, nunca había sentido la necesidad de estar al lado de alguién, de proteger.

───Nadie te hará daño... Lo prometo. ───Su mano viajó por sí sola al suavemente apartar algunos mechones, los suficientes para ver cómo dormía tan plácidamente. Era tarde y no tenía planeado despertar a JiMin, dormirian juntos.

JungKook se puso en pié, deshaciéndose de la camisa y poniéndose rápidamente el pantalón de pijama para casi en un salto meterse bajo las sabanas y quedar al lado del Omega. La idea de NamJoon azotó sus pensamientos sobre el tema de ir al sur, un pequeño viaje para ver el mar y hacer negocios para el Reino, aunque sobre todo para desconectar del tema que tanto lo tenía nervioso.

La idea no era mala, era una buena escusa para hacer mil cosas en un lugar más cálido. El Reino del Sur era un sitio alegre y próspero dónde la felicidad se desbordaba con el buen tiempo, todo lo contrario al norte. Ir ahora era lo más indicado, sabía que no habría tanto turismo y sería perfecto para ir sin una manada de acosadores.

Podría usar la villa de los Jeon, una zona escondida en el bosque llena de vida. Cuándo era más pequeño recordaba pasar allí los veranos, era mágico. ───Me apuesto mí corona qué a JiMin le encantará. ───Dijo, contando sí o sí con el omega.

𓂃命  El omega del rey " [ kookmin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora