1.Sin mirar atrás

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Bajaba sin mirar atrás, a través de la densa hierva, siguiendo el cauce de un breve río, jadeando, agotada y sedienta, pesaba mi mochila a la espalda... solo avanzaba sin pensar, mientras que anochecía tras de mi.
Mi móvil sonó y me apresuré a descolgar la llamada
-¿Dónde estás?- ¿Te has perdido?-
Conteste- ya me queda poco, estoy casi en el puente-

Comencé a correr a pesar de mi agotamiento , no se cuanto había andado quizás 7 u 8 km, unas 2 horas.
Me encontré con Jose casi sin respiración, me abrazó y me susurró al oído, "ya paso todo, eres muy fuerte pequeña". Me llevo a comer pizza a una diminuta pizzería, de buena fama y más que eso nos gustaba como punto de reunión por el acento del camarero que era de origen italiano y para adolescentes descerebrados eso resulta algo muy gracioso. Allí había unos amigos más. Mery me dió el sermón sobre lo mucho que se ha de querer a una madre y me reprocho reiteradas veces el error que había cometido. Tan solo era una pequeña niña de 13 años, aún no era capaz de distinguir el bien y el mal, me guíe por lo menos peligroso. En realidad de esa forma quería proteger a mi madre, él estaría demasiado ocupado como para seguir torturándola y eso le daría un margen de tiempo para poder reaccionar. A la mañana siguiente me arme de valor y fuí a pedir el número de mi madre en conserjería.

Llame -"Hola mama, soy yo..., ¿podrías venir a buscarme?".-

Supongo que quedaría petrificada al oír mi voz tras dos largos años ...
Mama parecía diferente, a pesar de pasar dos años la veía mas jóven , sus ojos ya no pintaban esas enormes ojeras, sus labios curvaban una ligera sonrisa, su piel lucía rosácea en lugar de pálida, parecía viva, feliz pero a la vez frustrada y agustiada ; yo se lo que necesitaba para completarse, ~me necesitaba a mi~ Mujer coraje, ya sin fuerzas para seguir, había sido tan reducida, tan limitada que no se sentía nada ni nadie. El la había convertido en un objeto, en su objeto, y ya no podía controlarla. Frustración que reprimía conmigo...Yo era único que quedaba bajo su control.

15 años. 15 años de falso amor, de pensar que si te controla es por que no quiere que te ocurra nada, una vida de sufrimiento, que empieza por los gritos se termina por los golpes. Mamá, como miles de adolescentes no era consciente, o tal vez quiso hacerse la inconsciente. Según cuentan mis allegados... El Siempre fue frío y raro, pero en un pueblo tan hostil y pequeño, era de mal gusto pelearte con tu novio y las viejas inculcaban las ideas de " te apañas con lo que te toca" . Así empezó la lucha de una adolescente por intentar moldearlo para ser feliz y de un ser que ni era Feliz ni estaba dispuesto a que nadie lo fuese, con los años rabia y odio fueron tomando sitio en el lugar, hasta el punto en el que la situación se escapaba de las manos a la ya no tan jóven. 15 años de dolor que dejan heridas incurables en los márgenes del tiemp, golpes que habían ido resquebrajando su alma, eliminado su dulzura, acabado con su ilusión, y acrecentado su carácter.

Pase la noche en casa de una amiga, había cargado en mi mochila un par de mudas y todos los libros. Ella no contó que me había fugado, llegué a su casa, era diminuta , tenía un pequeño salón, con un sofá donde su padre de aspecto aniñado veía el fútbol en un televisor, una cocina donde su madre nos preparaba unos bocadillos de lomo, escaleras, al subir encontrabamos dos dormitorios pequeños uno para sus padres y otro para su hermano menor, mas escaleras hasta otro dormitorio y una habitación para la plancha y de más. Mi amiga tenía un enorme escritorio con dos pantallas de ordenador, donde pasaba las horas máquinando cosas, se le daba demasiado bien la tecnología, pasaba horas haciendo bromas por Messenger y Tuenti a sus amigos y no tan amigos... era algo que le divertía muchísimo. Mi amiga tintaba su pelo negro azabache , tenía una nariz puntiaguda, boca pequeña, y numerosas pecas adornaban sus mejillas, era muy bajita alrededor de metro cincuenta, parecía frágil y de cristal, pintaba sus ojos con excesivo negro, curvaba sus pestañas con rímel azul y usábamos crema de maquillaje excesivamente clara, eramos igual, solíamos vestir de colores oscuros, largos flequillos rectos ocultaban nuestro rostro, vaqueros y chupa de cuero, eso nos hacía sentir cómodas, diferentes, nadie nos guiaba no seguíamos la moda, nada nos apasionaba más que romper las normas, salir de noche y beber, mezclarnos con cualquier tipo de gente sin importar el qué dirán.

~Falsa Esperanza~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora