--------noche---------_Mi tos no me dejaba dormir, mamá se levantó y me puso el termómetro, el empezó a gritar_
_decía: " o se calla o lo hecho a la calle"_
_Me desperté sobresaltada, tras oír un estruendo en la cocina, me acerqué y vi a mamá, tendida en el suelo ._
_-Eres una puta. ¿Con quién más?, ¿De quien es esa?_
_¿La ves?, Es diferente._
_-Te repito que yo no he hecho nada con nadie, eres un paranoico, tu estabas presente._
_El la golpeó, y quedó en el suelo, apenas oía su respiración. Me moví lentamente por el pasillo y asome tímidamente la cabeza por la rendija de la puerta que da a la cocina._
_-"Quita bicho"_ _Me dijo propinándome un empujón._
_Corrí hacia mamá, y me tumbe con ella en el suelo_
_-Ven aquí pequeña.- Dijo dulcemente y me abrazo, ambas en el suelo._
_Se levantó como pudo.__-mamá, quiero ser doctora, déjame curarte._
_Saque mi botiquín y le puse tiritas en los moratones.
-listo, estas nueva._ _Mamá no cesaba en llanto.
- mamá, duerme conmigo._
_Abrace mi cojín del pato donald y dormimos juntas_Desperté y reflexione, es uno de mis primeros recuerdos de la infancia, Nose cuanto duro ese abrazo, quizás significará algo, era demasiado pequeña para encontrarle el sentido a estos gestos.El pensar en el es como si te cogen la cabeza y te la presionan, no puedes evitarlo, sientes frío, sientes calor a la vez, tu corazón palpita sin cesar, como esos latidos oprimen tu pecho dificultan tu respiración, crece el miedo, tu mente bombardea toneladas de información, te sientes incapaz de procesarlas, arrepentimiento por algo y eres incapaz de desacerte de esa idea. A veces sueño con el día con el que se acabe todo, que el deje de molestar, pero entonces vuelvo a la realidad y me doy cuenta de que nunca pasará.
Tendría que morir.
Pero luego recuerdo que eso nunca se le debe desear a nadie, ni al peor de tus enemigos.
Aveces pienso que los sueños son como pequeños cortometrajes que han quedado muy arraigados a mi, que me hacen recordar aquel tiempo horrible en el que la luz no brillaba en casa. Estos se repetían aleatoriamente en mi mente., No se como deshacerme de ellos, me logran quitar el sueño...
Ya motivo para echar la vista atrás, todo iba mejorando, las semanas se volvieron alegres y yo mejoraba a saltos, sólo una idea volvía a evadir mi mente: ¿Que sería de mi después de aquello?, ¿Qué sentido tendría mi vida?, Mamá me reprochaba cada día, y cada hora que huí de ella.No sabía que decir, aunque si que pensar, lo hice por ella, para dejarle una tregua y que escapara de el, fue como meterme en la boca del lobo, para evitar que la atormentará hasta un extremo irremediablemente, intente que aquello fuera una transición pacífica, pero lo único que gané con ello, fue cargar la culpa a ambas partes.
Arriesgue mi salud mental. Ahora me halló cansada y enferma, con 2 años de acoso escolar a cuestas, sin ganas ni esperanzas de seguir.
Recuerdo aquel infierno en mi antiguo instituto... Todo comenzó cuando yo entré a el, en primer año, muy pequeña, con 13 años, me ilusionaba la idea, por el simple hecho de estar con mi abuelo, un ser maravilloso para mi, al que le debo todo . Empezé las clases, una chica de allí, se ofreció a ser mi amiga Katherine, ella no tenía amigas en el pueblo, y estaba sola, todo parecía muy bien, hasta que comenzaron a burlarse de mi por estar gordita. Yo callaba y en casa cuidaba de mi abuelo, se encontraba muy débil y enfermo. Mi avaricioso padre trabajaba en el campo, y llevaba a mi abuela para ayudarle.
Mi trabajo era:
-Limpiar aquella enorme casa.
-Hacer las comidas
-Lavar la ropa, camas, ... Y los fines de semana, y si hacia falta también trabaja en el campo.
Apenas descansaba, porque mi labor terminaba a las 12 y era entonces cuando hacia las tareas de clase, lógicamente la mayoría de los días prefería dormir. Papá, bebía toda la noche, el abuelo decía "ya estas como una amapola". Pagaba aquello con gritos, me humillaba e infravaloraba continuamente:" no vales para nada, eres un desastre,¿ tu te crees que se puede ir así por la vida?" "me vas a buscar la ruina"
Cada día la misma escena, las mismas palabras, el mismo licor de menta que se consumía a botellas, mientras que Copa a copa su ira crecía, su frente se arrugaba, comenzaba a levantar la voz y sentirse más fuerte. Se volvía valiente. Se descorchaba el cutty sark y la abuela sacaba unos pastelillos, 10,11, las 12, era esa hora. Esa hora mágica en la que era un monstruo, empezaba a dar golpes, tirar vasos.
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~Falsa Esperanza~
Teen FictionNo quiero que el paso del tiempo se adueñen de mi memoria y no me de tiempo a plasmarlo, para así sobre papel, que nadie pueda desmentir mis palabras. En mi soledad escribiré todo lo que a nadie le diré. Lo mucho que lloré y lo poco que reí. Para ve...