10.Mi primer beso

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14 añitos, estaba con José y unos amigos, fuera de aquel horrible Instituto. Aquel chico me hablaba desde hace algún tiempo a través de mi portátil, era amigo del novio de una amiga de un pueblo cercano.

Aquellos ojos azules fueron mi perdición, tenía 2 o 3 años más que yo, hablamos quedado aquí en el pueblo de José.

Me escuse diciendo que iba a estar con una amiga.
José, mi mejor amigo Gay me acompañaria en todo momento, era como un hermano mayor y a la vez me miraba de una forma muy paternal. Siempre estaba ahí cuando lo necesitaba.

Sólo yo sabía su condición, hasta que decidió contarlo, y ser libre de elegir a un chico. Eso no lo hacía menos hombre, ni menos protector, un horrible pasado lo habían llevado a ser fuerte. José era muy alto, con el pelo rubio dorado, y los ojos celestes, ligeramente grisáceos. Era 5 años mayor que yo. Su hermana era de mi edad, y siempre cuidaba de nosotras

-José no estoy segura de conocer a este chico.
-yo estaré contigo en todo momento, sólo te pido que tengas cuidado y a la mínima le des largas.
-Esta bien.
-vamos pequeña, debes crecer y superar tus miedos, sólo así podrás lograr tus metas, debes liberarte de prejuicios, no pasará nada, tal ves un beso y ya. Es el primer paso a superar tus inseguridades, en el camino de la vida es mejor tirar de la experiencia para elegir el camino correcto.

Estaba muy nerviosa, llevaba hablando con este chico algunas semanas, lo había visto antes en las fiestas del pueblo, pero no había hablado largo y tendido hasta, que me localizó y a través de mi portatil pasábamos las horas muertas.

Principalmente hablabamos de fútbol, de música....

El coche llegó, mi amigo alemán al volante, era mucho mayor que ellos, el novio de mi amiga, él y otro amigo más.

Mis piernas temblaban, se acercó y me beso tiernamente en la mejilla.

Fuimos a cenar todos juntos y después me pidió dar un paseo, (previamente había acordado a José que anduviera cerca)

En cuanto salimos, el se sacó un pitillo, esa acción me retrajo un poco, pero bueno pensé " es un hombre "

-¿Fumas? .
-No gracias.
- ¿Y bien?
-¿Que ocurre? Dije
- ¿Me has hecho subir para nada?
- No te prometí nada de mi, así que no te debo nada.

Comenzo a llover, una fria tarde noviembre.

-sigueme.

Piso la chusta y me cogió de las caderas.
Me volvió a besar tiernamente en la mejilla, yo sabía lo que se avecinaba.
La suave lluvia hacia que su pelo rubio cayera sobre sus cejas.

Entonces se me acercó y me aparté.
-No se besar
-No importa, sólo te hace falta practicar.

Entonces me planto un largo y tendido beso, mientras que la lluvia calaba mis huesos del frío.

Cuando acabó aquel instante efímero lo conducí hasta un lugar techado, era un antiguo lavadero restaurado cuya función actual no era más que la de ornamentar, el se quitó su chaquetón y me cubrió los hombros.

-Estas helada, anda abrochatelo

José entró en escena, y nos hecho una foto por sorpresa, todo parecía viento en popa.
Antes de irse, me volvió esta vez comenzó a deslizar sus manos más abajo de la cintura y hábilmente frene su paso con un buen manotazo.

-No, si de verdad me quieres, sabrás esperar. Le dije.

No muy tarde se fueron, aquel fue el primer y último día de lo nuestro.
Tras aquella noche, pasaron los días, las semanas y los meses y no nos volvimos a ver ni hablar, por orgullo o vergüenza.

Lo olvidé, pasaron los meses y llegó el verano. Cuando iba con mi amiga a su pueblo, lo volví a ver. Esta vez el quedó petrificado ante mi.

-Como has cambiado. Estas muy guapa.
-La última vez que nos vimos solo tenia 13 años...

Fui tajante con el infinitas veces, paso todo el verano llamándome, e intentado volver conmigo, fuimos los 4 al cine y me compro un peluche de un oso panda. Pero ya estaba claro que no quería volver con el. No me gustaba.

Yo no podría querer a una persona que aparentemente le atraía mi físico, ahora que pesaba 20 kg menos y tenía 14 años.

Tenía claro que el amor de mi vida debía amarme por lo que soy, en mi interior.

Este chico y yo no teníamos nada en común, sólo en fútbol.
Yo amaba leer, escuchar música, y dibujar todo y cada cosa que me rodeaba, la naturaleza y los animales.

A el le gustaba la juerga, las fiestas el ruido, los amigos, las bravuconadas, y tonterías de machitos dieciseisañeros.

Sus te quieros y para siempres fueron quedando en el olvido, mostrándome cada vez una cara más agria de el. Con ello pase del amor al odio, no es que dejara de hablarle, es que me convertí en un objetivo más , no en un amor .

De desengaños se aprende y supongo que sin errores no aprendería que es lo que realmente quiero, como y cuando, el quedó anotado como un error al que jamás recurriré.

~Falsa Esperanza~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora