La alarma en el mueble de Sukuna comenzó a sonar. Era hora de despertarse y llevar a esos dos mocosos a la escuela.
Abrió los ojos con pesadez, dándose cuenta de que Yuuji estaba pegado a él, durmiendo plácidamente. Rió para sus adentros, se veía adorable con una polera que era más grande que su torso.
Se levantó con cuidado de la cama, estirándose, y yendo al baño para poder estar listo.
𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐒 𝐕𝐎𝐋𝐕𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐀 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐑
¡Ya no habrá tiempo para tristes despedidas!Salió renovado de la ducha, pero para su sorpresa, Yuuji lo estaba esperando ya vestido.
—Aprovecha de descansar, con cómo se va a levantar la rata albina no creo que vayas a tener mucho tiempo libre.— Tomó su chaqueta de cuero, pero Yuuji se acercó a donde él.
—No te preocupes, algo me dice que Megumi también querrá ir con ustedes.
—Cómo digas.
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¡Ya no habrá tiempo para tristes despedidas!Al salir del cuarto los 4 niños estaban ya tomando desayuno, y todos los demás estaban dormidos.
Todos estaban tomando un tazón con leche y cereal, hablando de una película que vieron en la noche.
—Y entonces...— Violet paró de hablar, viendo cómo su padre salía con Yuuji del cuarto. Los demás niños también comenzaron a ver por curiosidad.
—¿Qué me ven, mocosos?— Ellos volvieron a lo suyo, haciendo a Yuuji reír. —Eso pensé.
Sukuna prendió la TV, y Yuuji puso las tazas para que ambos desayunaran.
—¿Ya no tomas café?— Itadori lo observó, echando una bolsita de té en la taza y después agua caliente. —Recuerdo que antes nunca dejabas de tomar café.
—Si, ya no me gusta.— Respondió cómo si nada, mirándolo a los ojos. —Cómo me gusta solo a ti te queda bien.
Sintió su corazón latir con fuerza de nuevo, bajó la mirada a su taza, sirviéndose algo de agua. No podía hacerle esto tan temprano.
—Puedo... Preparar café, s-si quieres...— Habló muy bajito, pero los niños estaban atentos a la situación.
—Claro, tendría que comprar café.— Miró a los niños, quienes fingiendon demencia. —No se hagan, chismosos. Métanse en lo suyo.
Yuuji volvió a reír, la escena se sentía tan cálida y hogareña, que su corazón latía muy fuerte, y su cabeza se sentía un desastre por culpa de el ojirojo.
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¡Ya no habrá tiempo para tristes despedidas!—Deberías avisarle a Urahume.— Yuuji sugirió, caminando atrás de los niños. —Si despierta y no nos ve, quizá se asuste.
—Probablemente lo de ella y su ahora novio se hizo oficial, no creo que piense en nosotros un buen rato.— Sukuna sacó su celular, para avisarle en mensajes que habían salido. —Pero ya le escribí, para que estés tranquilo.
Yuuji miró a los niños, todos se veían felices, hablando y jugando en el camino. Rika iba con un poco de brillo labial y un peinado que se le veia bonito, mientras su mano tomaba la de Yuta. Violet iba con ropa negra, no se esperaba algo diferente viendo que el único color de ropa que Sukuna usaba era negro, Megumi andaba con las ropas del día anterior.
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Cuando nos volvamos a encontrar › SukuIta
Fanfiction(EN HIATUS) Una promesa que seguía en pie, un amor pendiente, que logró florecer junto a la flora primaveral.