Sukuna respiró profundamente, había vuelto al lugar donde nunca pensó volver a ser visto, el bajo mundo. Comenzaba a tener sentido el asco que Yuuji había expresado hacia el. Estar ahí después de tanto tiempo fuera era asqueroso, pero extrañamente, tentador.
—¿Estás lista, mocosa?— Observa de reojo a la chiquilla al lado de el, de cabello verdoso oscuro, con algunas cicatrices en la piel.
—Nací lista.— Responde la mujer, con una sonrisa confiada, que de alguna forma logró inspirarle seguridad. Respira profundamente, antes de que las puertas se abrieran ante ellos.
¿Cómo llegaron a eso?
𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐒 𝐕𝐎𝐋𝐕𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐀 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐑
¡Ya no habrá tiempo para tristes despedidas!Un mes antes.
Abrió sus ojos con pesadez, y lo primero que vió fue el techo desgastado. Miró a su alrededor, y era una habitación pequeña, más pequeña que la suya.
Movió sus extremidades, pero no pudo mover con libertad su mano derecha. Giró su cabeza y pudo ver una esposa atandola a la cama.
Se sentó rápidamente, no recordaba mucho más aparte de ir caminando y voltear.
—¡AYUDA!— Gritó con todas sus fuerzas.
—¡PAPÁ, AYUDA!
Sus gritos no se detenían, intentaba moverse a toda costa, pero esa maldita esposa no cedía se ninguna manera.
—¡AYUDA, POR FAVOR!—¡Deja de gritar!— Un tipo de pelo algo grisaceo abrió la puerta, asustandola. —¡Mocosa ruidosa!
—¡TE MATARÉ!— Toda la ira de Violet explotó al reconocer a ese tipo cómo el que la había dejado inconsciente. —¡CUANDO ME LIBERE DE AQUÍ TE VOY A MATAR, COBARDE!
—No me digas, mocosa.— El hombre rodó los ojos. —Eres tan ruidosa cómo Sukuna.
Siguió gritando insultos y amenazas, aún intentando liberarse.
—¿Qué pasa, Mahito?— Un hombre de cabello negro llegó a la entrada. —¿Por qué hay tanto escandalo?
—La niña no para de gritar.— Mahito suspiró, esto era agotador. —Yo ya me voy.
Vió la ira de esa niña al verlo, era impresionante su parecido con Sukuna, parecía una bestia apunto de atacar.
Llevó su dedo índice cerca de su boca, en un gesto de que guarde silencio.
—Si no te callas, Jogo vendrá, y el no es tan paciente cómo Mahito.
Y le cerró la puerta. Dejando atrás todos los gritos.
Violet no se rindió intentando liberarse, la esposa estaba perfectamente posicionada. No entendía la situación, no conocía a ninguno de esos hombres, más allá del que la llevo hasta allí. Sigue gritando todas las maldiciones que alguna vez escuchó de su padre, vocifera exigiendo que la liberen... Y aún así, nadie llegó.
𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐒 𝐕𝐎𝐋𝐕𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐀 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐑
¡Ya no habrá tiempo para tristes despedidas!3 días después de la desaparición de Violet.
Yuuji volvió al lugar al que nunca pensó volver: Sendai.
Tomó un bus que lo llevara a las afueras, donde estaba el hospital psiquiátrico, después de muchos años, volvería a ver a su madre.
Tomó terapia por años, y fue algo dificil de superar, pero en estos momentos se estaba convenciendo de que era por un bien mayor.
ESTÁS LEYENDO
Cuando nos volvamos a encontrar › SukuIta
Fanfiction(EN HIATUS) Una promesa que seguía en pie, un amor pendiente, que logró florecer junto a la flora primaveral.