Los días pasaron volando hasta llegar al lunes, donde Violet y Megumi volverían a clases.
Urahume iba junto con Sukuna para ir a dejar a Violet a la escuela, el ambiente había estado algo tenso los primeros días, pero ahora lograba sentirse deprimente.
—Oye, uhm...— Violet se rascó la nuca, algo incomoda. Llamó la atención de ambos adultos. —¿Porque Yuuji-kun dijo eso de irse?
La albina también tenía curiosidad, pero había optado por darle su espacio a Sukuna, al igual que Violet.
Ambas sabían que ellos se conocían de algo, pero Sukuna nunca mencionó a Yuuji desde que lo conocieron.
—¿Ya se conocían?— Urahume preguntó esta vez.
—Si, nos conocíamos. Eramos pareja— Suspiró, dejando a ambas algo sorprendidas. —Pero eso fue hace años atrás, cuando aún estábamos en el instituto.
—No terminó bien, supongo.— Comentó la mujer, suspirando también.
—No, no lo hizo.— Ahora Sukuna se veía serio. —Yo era un idiota en ese entonces, Yuuji terminó conmigo, y no volví a ver hasta ahora.
—Ya veo...
Todo volvió a quedar en silencio de nuevo.
—Yo creo que te gusta.— Violet siempre solía decir eso desde que se volvieron a encontrar, pero ahora sonaba extrañamente serio. —Y creo que te gusta mucho.
—Yo creo lo mismo...— Urahume se unió.
—Si fuera así, no serviría de nada si yo no le gusto a él.— Se cruzó de brazos, y su mirada se ensombreció un poco. —Y no creo que le guste, aún debe tener esos malos recuerdos de lo que pasó.
Urahume y Violet quedaron en silencio, ambas estaban seguras de que estaba deprimido al respecto, era evidente, y triste verlo así.
—Pero bueno, no es algo en lo que yo pueda interferir. Así que da igual.
—Estaremos para ti, Sukuna. Somos tu familia, ¿Sabes?— Urahume le sonrió, logrando que el sonría un poco.
Violet se escaló hasta subirse a sus hombros.
—¡Si! Aquí estamos, es triste verte tan mal.— Ambos adultos rieron. —Además Yuuji-kun no es el único pez en el mar.
𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐒 𝐕𝐎𝐋𝐕𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐀 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐑
¡Ya no habrá tiempo para tristes despedidas!Satoru y Megumi evitaron acercarse a Yuuji los primeros días, podían ver claramente su enojo, y nadie en la mansión quería arriesgarse a ser la víctima de ese enojo.
Pero ahora lucía decaído y pensativo.
—¿Cómo te sientes, Yuuji?— Satoru se atrevió a romper el silencio, y Megumi miraba con atención. —¿Te sientes mejor?
—Si, ya estoy mejor...
—No luces muy bien.— Aportó Megumi. —¿Es por el papá de Violet?
Suspiró, bajando un poco la mirada.
—Si, es por el...—¿Ya se conocían?— Preguntó Satoru. —Lucen cómo si ya se conocieran...
—Si, fuimos pareja hace años atrás— Megumi y Satoru abrieron la boca en o.
—Terminé con el en ese entonces, era algo demasiado dañino para los dos.—Entiendo, ¿sigues enojado por eso?— Satoru habló, quizá por eso Yuuji había estado tan de malas.
—La verdad es que no, lo perdoné hace mucho tiempo atrás. Pero en cuanto terminamos, yo me fui de donde vivía, mi abuelo había muerto hace un tiempo, y vine a la ciudad.— Los otros dos prestaban atención a la historia. —Y creo que no pensé que nos volveríamos a encontrar algún día.
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Cuando nos volvamos a encontrar › SukuIta
Fiksi Penggemar(EN HIATUS) Una promesa que seguía en pie, un amor pendiente, que logró florecer junto a la flora primaveral.