When the stars align /Woosan

8. No todo es lo que parece

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-¿Sannie, por qué has estado tan distraído? -le habló su tío Cheol con su característica calma, esperando a que todos los niños se hubieran ido antes de decir algo-. ¿Ha ocurrido algo que deba saber?

San y su tío se encontraban en el primer día de su plan "engañar a Choi Jeongcheol". Entre toda la familia habían llegado a un acuerdo: debido al horario de Seungcheol podría hacerse cargo de llevar a los niños a casa, pero tanto San como Jongho debían esperarle hora y media extra, tiempo que duraban las clases de música. San no tuvo objeción al afirmar que no le importaba esperar, después de todo no estaría sin hacer nada y era la verdad. Era un plan sencillo, incluso contaba con una salida en caso que Jeongcheol descubriera todo, pues bastaba con decir que a San le gustó la música en aquellas esperas. No estaban mintiendo, sólo estaban ocultando parte de la verdad.

Sin embargo, no estaba siendo el mejor día para el pequeño. La preocupación por Jongho lo había mantenido inquieto, aunque su primo logró disimularlo delante de su padre. Tenía dudas sobre si contarle a Seungcheol algo de lo sucedido, después de todo, ¿quién mejor que su propio padre para hablar con él? Sobre todo luego de las inquietantes palabras de Yeosang...

-¿Qué le dijiste a Jonggie? -reprochó Wooyoung, con un tono de voz cargado de enojo, sus ojos fijos en los de su amigo.

Pasaron tan sólo unos pocos minutos para que Wooyoung decidiera hacer algo, pues ver al pequeño Choi Jongho en un estado inconsolable al pedir un deseo y el divisar a Yeosang en la azotea con una enorme tristeza, le hizo moverse de inmediato a ver qué pasaba. San no quería dejarlo solo, por lo que dejó a su pequeño primo acompañado de sus demás amigos en el patio de la escuela y se movió junto a Wooyoung.

-Nada -respondió el pequeño, con los ojos enrojecidos y las marcas de lágrimas ya secas en su rostro, la angustia aún visible en su expresión.

-El pobre estaba destrozado, y tú tampoco te ves bien -observó Wooyoung, señalando las evidentes muestras de angustia en su amigo-. Habla, ¿qué sucedió?

Yeosang suspiró por un momento, tratando de ordenar todos sus pensamientos antes de responder con una temblorosa voz:

-¿En serio vas a seguir como si nada? - le devolvió la mirada, que había mantenido apartada-. Te lo advertí desde que llegamos aquí, y como siempre, no me escuchas.

Wooyoung de pronto se vio confundido, intentando comprender las palabras del otro pequeño.

-¿De qué estás hablando? -preguntó, su tono ahora más suave, tratando de entender lo que estaba ocurriendo.

-Sabes a lo que me refiero, en cualquier momento algo puede pasar de nuevo -una lágrima se asomó en uno de los ojos del pequeño, su voz apenas un susurro cargado de temor.

-Ya hablamos de esto mil veces, no tienes por qué estar triste antes de tiempo-intentó consolarlo Wooyoung, pero Yeosang no parecía dispuesto a dejarlo pasar.

-Prefiero que llore ahora y no después cuando algo pase -expresó con firmeza, su mirada reflejando el miedo.

El pequeño Jung entonces extrañamente se mantuvo en silencio, como si finalmente estuviera entendiendo a qué se refería su mejor amigo.

San, por su parte, se limitó a escuchar la conversación en silencio, sin entender del todo de qué estaban hablando, pero sintiendo la gravedad del momento. Sin embargo, no iba a permitir que la inseguridad de Yeosang le hiciera daño a su primo: