X: Me enamoré

92 11 2
                                    

Mi primera decisión al salir de la escuela, fue buscar a Doug; ya que quería darle la noticia de que me había ido bien en el examen.

Lo encontré rápido. Era hora de almuerzo y lo encontré sentado en una de las mesas del jardín; estaba repasando unos apuntes, se veía en paz y muy atractivo con su típico outfit con un estilo soft y elegante. Los latidos de mi corazón empezaron a ser más rápidos, como si hubiera corrido una maratón, una parte de mi quería verlo para siempre. Alejé todos mis pensamientos de mi mente y me acerqué a él a hurtadillas. Al estar detrás de él, puse mi examen sobre sus apuntes, para que viera en primer plano mi puntuación aprobada.

—Por primera vez siento que... soy más que una cara bonita.

—Inesperado, ¿eh?

—Estuviste genial allá —lo felicité.

—Igual que tú —dijo, viendo mi examen aprobado.

—Te apuesto, a que conseguiré una "A", sin el espejo.

—¿Qué te parece si nos reunimos y estudiamos para el próximo examen?

—Sí —dije rápidamente, sin oír el resto de su idea —, claro... estudiar.

—¡Aquí estabas! —gritó Mal, al aparecer de quien sabe dónde, parándose al lado de Doug, aunque ignorando su presencia—. Literalmente te busqué por todos lados

—¿Qué sucede? —pregunté, algo preocupado. Mal se pone así de alterada cuando algo o muy malo o muy grande sucedió, y me asusta lo que podría haber llegado a ocurrir.

—Ben acaba de invitarme... a una cita.

Logré liberar el aire de mis pulmones con fuerza. Sé que a veces Mal puede ser una reina del drama, igual que su madre, pero estar tan alterada por una cita... me asustó.

—Okey, hay solución... —me despedí de Doug.

Aunque me hubiera gustado quedarme un poco más con él, mi mejor amiga me necesita, y debo ayudarla. Llegamos a la habitación y rápidamente corrí a mi armario.

—Dúchate rápido, yo tengo todo bajo control.

—¿Qué harás?

—Ya a estas alturas, pensé que eras asexual, ya que jamás te interesaste por ninguna chica o chico de la isla... excepto por esa extraña situación con Harry —dije, recordando a los demás chicos de la isla.

—Eh —me detuvo—. Entre él y yo JAMÁS sucedió nada, enfatizando el "jamás". Más bien, quien tuvo una relación con él, fuiste tú.

—Es cierto —empecé a recordad —, y no me quejo. Esos músculos no estaban de adorno; y no solo tenía un pitote, sabia como usarlo —confesé, reproduciendo en mi cabeza los recuerdos de esos "encuentros" que tuve varias veces en la isla.

—No necesitaba esa información —dijo Mal, fingiendo estar a punto de vomitar—, pero bueno, ese no es el punto. ¿Qué vas a hacer para ayudarme?

—¡Aja! —expresé, haciendo una pose similar a cuando mi madre cumplía alguno de sus objetivos.

Saqué de mi armario un hermoso vestido color morado, junto a una bufanda negra con mancas verdes y fucsias, totalmente el estilo de Mal.

—¿Desde cuando tienes eso? —preguntó Mal, señalando el vestido.

—Aún tenía un poco de fe en ti, así que lo hice justo para un momento como este. Fue uno de los primeros diseños que hice al llegar a Auradon... Pero ya, se nos va a hacer tarde. Báñate, cámbiate y te sientas para que yo te peine y te maquille.

Ambos lados del espejo: Descendientes (Yaoi/Boy Love) [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora