Mi mirada estaba clavada en el atractivo y alto hombre frente a mí. Mis manos sudaban y mi garganta se secó en segundos, no sabía que hacia él aquí.
-¿Papá? -dije, todavía sin procesar lo que estaba sucediendo. Cuando me fijé en lo que dije, rectifiqué -. Digo... Robín Hood. ¿Qué haces aquí?
-Rosangel dijo que estarías aquí -respondió, con una sonrisa encantadora en su rostro.
-¿Rosangel?...
-Mis amigos me dicen "Roxy" -explicó la chica detrás de mí -. Hola hermanito.
Mi cabeza me daba vueltas, era demasiado para mí, quería irme. Tomé mis cosas tan rápido como pude para huir, pero una mano en mi hombro me detuvo.
-Espera. Por favor, escúchanos por favor, hijo.
-No me llames así. Yo no soy tu hijo. Tú lo decidiste así cuando me abandonaste.
-¡Eso no es cierto! -gritó Robín Hood, asustándome -. Yo jamás te abandoné. Al contrario, siempre luché por ti.
-Mientes.
-Eso no es cierto -me corrigió Doug, soltando unos papeles en la mesa.
-¿Qué es eso? -le pregunté mirándolo a los ojos. Debía estar a punto de llorar, ya que noté su mirada de preocupación al verme.
-La verdad...
Tomé los documentos y empecé a leerlos; eran distintos documentos con mi nombre, mi acta de nacimiento, pruebas de ADN, peticiones de patria potestad, y en todos se marcaba un nombre que hacía eco en mi cabeza. Evan Queen Hood...
-¿Qué es esto?
-Yo jamás intenté negarte, Evan. Al contrario, desde que supe que tu madre estaba embarazada y que eras mi hijo, luché para tratar de obtener la potestad de tu crianza y traerte a Auradon, para que te criaras con tu familia. -explicó mi padre -. Pero al ser hijo de la Reina Malvada, no pude hacer mucho. Ella es tu madre biológica, así que la ley la protegía, y la idea de que alguien con la sangre de un villano estuviera conviviendo con sus hijos, no les agradaba a muchos aristócratas.
-Pero, mi madre me dijo... -Doug me interrumpió.
-Tu madre te mintió... no sabemos la razón, pero tienes en tus manos las pruebas de que fue así. Evan, por favor, date cuenta.
-No. No puede ser. Porque si es así, significaría que...
Mi mano derecha fue, instintivamente, a mi hombro opuesto, acariciando la cicatriz horizontal que marcaba todo el ancho de mi brazo. Mi hermana, confundida, se acercó a ver, pero al notar la vieja herida su rostro cambió a uno de total preocupación.
-¿Ella te hizo eso? -me preguntó, con un tono triste en su voz.
Mis emociones se desbordaban de mi mente. Confusión, decepción, tristeza; casi la mitad de mi vida fue una mentira, años de abusos excusados, eran injustificados. No soporté más. Me desplomé en los brazos de mi hermana, llorando en su hombro, mientras su mano acariciaba mi cabello para consolarme. Después de unos segundos sentí otros brazos, era Doug; luego otros, Robín Jr, mi otro hermano, y los siguientes que sentí eran de mi padre. Estaba aquí, estaba conmigo, consolándome tal como siempre soñé.
Después de un tiempo que me tranquilicé, decidimos ponernos al día. Ya estaba mucho más animado, y me llevaba bien con mis hermanos, me hablaron de mi otra hermanita menor y rápidamente me sentí como parte de la familia, supongo que es porque ahora lo soy. Lo más extraño e increíble de todo, era tener a mi padre a mi lado, sonriendo y dándome todo ese cariño que no me pudo dar antes.
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Ambos lados del espejo: Descendientes (Yaoi/Boy Love) [Remastered]
FanfictieEsta es una historia Devie, pero en vez de Evie está un chico llamado Evan