Capitulo 4

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11 lunas pasaron desde que emprendieron huida, el alimento estaba al escacear,  ayer bebieron la última gota de agua, la regla de tres que rige la vida humana pisaba sus talones;tres minutos sin oxígeno, tres días sin agua y tres semanas sin comer. Cogían la nieve colocandola sobre un pañuelo fino a la espera de que se volviese nuevamente líquida. El caballo estaba débil pronto moriría por falta de agua y hierba, cada que avanzaban más hacia el este el clima se volvía más templado, Katrina rezaba todas las noches a la espera de un milagro, trataba de aferrarse a la vida, Tao ya no creía en una fuerza divina que rigiera sus vidas, tantas veces había rezado por felicidades y en igual proporción le fue arrebatada, si de verdad existiesen seres divinos entonces calamidad tenía obsesión con ella.

- No te duermas Katrina- reprendió Tao a su señora, su hermana. La décimo quinta luna tras la huida reinaba la noche una fuerte nevada azotaba en la oscuridad una cueva era su refugio. Morfeo buscaba tenerlas en sus brazos, ellas luchaban por alejarlo, el único calor que recibían era el de las pieles del abrigo y sus cuerpos, el caballo pareció por el frío

- Juro que lo intento- gritó la niña con fuerza. Aquella noche había sido la peor vivida desde la fuga, casi de milagro habían sobrevivido, cada vez se encontraban más delgadas.
Al día siguiente el sol era potente, como si la nevada de anoche hubiese sido una ilusión.

- Porque tanto calor?, Dios debe de haberse vuelto loco.

- Dios es un ente malvado no vuelvas a hacer mención de el frente a mí.

- No digas eso podría ser peor al menos estamos vivas, solo nos arrancaron las alas aún tenemos pies para caminar por el mundo- Katrina trataba de  animar la situación, fingía mantenerse alegre, mientras que en su diario escribía cosas siniestras

1007 enero 27 : Caminamos por parajes olvidados por dios. La esperanza abandona nuestros cuerpos. Solo nos tenemos la una a la otra, luchamos por demostrar quién es la más fuerte. Llegué a la conclusión de que en este hinospito lugar la fuerza mental  es más importante que la física ella nos da la habilidad de adaptarnos a los cambios, por ende es la matriz impulsora del instinto de supervivencia. La carne del caballo cruda nos mantiene estables, la nieve al sol convertida en agua es nuestra fuente hidratante diaria. Solo me queda creer en que Dios realmente no me ah abandonado, cada cual se apoya en un ente para continuar avanzando, Tao se apoya en mis padres y su madre ellos son su fuente impulsor, yo me apoyo en Dios quiero que sus almas descansen paz, si pienso en ellos lloro, y llorar a los muertos los vuelve presos del mundo. Confio en que pronto encontraremos un pueblo.

Un mes ya había pasado, añoraban su hogar, se volvieron viajeras sin rumbo. El solo derretía la nieve eran ya pocas sus reservas. El ruido de unos pájaros aletear despavoridos alertó a las jóvenes. Cuando miraron hacia adelante un humo de povlo entorpecia su visión, el sonido de galopes alertó sus sentidos. A medida que los caballos galopaban en manda Tao palideció al ver la bandera que sobresalía. Impulsivamente arrastró el cuerpo de Katrina cerca del suyo.

- Es gente?- dijo la nombrada emocionada, pero su reciente sentimiento se vio opacado ante la expresión de Tao.

- Solo haz lo que digo y todo estará bien- los caballos se acercaron tanto a ellas que Katrina sintió terror. Una manada de hombres a la vista salvajes las rodearon en círculos, uno de ellos se plantó frente a ellas, sus rasgos eran similares a los de Tao solo que más rudos salvajes y feos, una trenza recogía su pelo, su cuerpo musculado y tostado por el sol, estaba cubierto por pieles que aún se aferraban al hedor de la sangre.
Tao se arrodilló invitando a Katrina a imitarla coloco ambas manos en palmas sobre su frente reverenciandose ante él.

- Kahar de los pueblos Jurchen ha pasado tiempo - aquellas palabras Tao las había dicho en su mandarín materno, por ende Katrina no entendía en lo más mínimo aquella lengua extraña.

- La bella Tao Liao de Song, has crecido convirtiéndote en una hermosa mujer- el hombre río tras aquello de forma vulgar- veo que está vez no estás sola- miró a Katrina con repulsivo deseo.

- Necesito vuestra ayuda Kahar- anunció Tao aún reverenciandose ante él.

- Como pagarás mi ayuda- profirió el hombre con interés - ¿me darás tú cuerpo o el de la niña? Ahora mi padre no está, te encuentras totalmente a mi merced- Tao agradecía la ignorancia de Katrina ante su idioma.

- Se que hay una cosa que amas más que el cuerpo de una mujer.

- Y eso que es exactamente?- Tao tomó su bolsa arrojando al suelo seis lingotes de oro pulido y algunas joyas de plata. Los hombres quedaron cegados por el oro el Kahar bajó de su caballo se acercó a las piezas comprobando cuan reales eran- Qué te hace creer que no te quitaré todo y aún así las haré mis esclavas.

- Necesito llegar a Kitan a salvo junto a la niña te daré más si me ayudas, también me ofrezco como negociadora entre tú pueblo y los reyes de Liao- el hombre volvió a sonreír sus dientes eran negros su aliento más asqueroso que su vestir.- el hombre dudó pero tras mucho pensar hacia tiempo había pedido audiencia con los reyes de Kitan y había sido ignorado, ahora tenía un objeto interesante entre manos.

- Bien pero antes debemos pasar por Goryeo tenemos asuntos que solucionar allá .

- Le agradezco su hospitalidad Kahar de la tribu- el hombre volvió a subir a su caballo mientras le ordenaba a sus hombres subir a las muchachas a una de las carretas que llevaban a cuestas repletas de artilugios de contrabando que vendían en los pueblos pobres de Goryeo. Su verdadera travesía iniciaría con la entrada a aquel país del cual no volverían a salir.

Katrina la esclava del emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora