Una historia que nadie recuerda, silenciada por un oscuro velo de engaños. Un pasado desconocido y una noche trágica... ¿Será Winter capaz de desenterrar todos los secretos ocultos junto a sus raíces?
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WINTER
El lugar estaba lleno de bebidas por el suelo y desprendía un olor repugnante. Las luces dentro de la casa se podían ver desde fuera, la fiesta estaba repleta de gente. Thea engancha su brazo en el mío dándome una sonrisa y caminamos hasta la puerta seguidas por los chicos.
Antes de entrar, Thea evalúa mi look, y luego asiente con aprobación.
—Te ves sexy. —Arruga la nariz, divertida.
Me rio de sus palabras y luego le devuelvo el cumplido.
—No más que tú. —Y no me hace falta mentir, ya que era cierto. Iba con una parte de arriba roja, tipo bikini, y arneses de cuero por su torso, enganchados a una minifalda del mismo material.
Thea abre la puerta de un empujón sin dificultad, y la música tecno se intensifica al entrar.
Ya se podía ver gente borracha tirada por el suelo, otros liándose en las esquinas, fumando... Sonrío divertida con un torrente de emoción dentro, había olvidado lo que era ir de fiesta. Haciéndonos paso entre la gente el aire se vuelve pesado, la temperatura aumenta, y un fuerte olor a marihuana me inunda la nariz. La gente baila enérgica bajo las luces estroboscópicas de neón y el humo artificial.
—Joder, esta vez sí que se lo ha montado bien. —Exclama Brax, casi gritando para que se le escuchase.
—Es Cayson, sus fiestas siempre son las mejores. —Dice Thea, agarrando un vaso de plástico y otro para mí—. Toma, ¡pásalo bien!
Cojo la bebida y luego la miro, niego la cabeza con una sonrisa mientras la veo desaparecer con Brax detrás. Me acerco el vaso a la nariz notando el olor a alcohol, sin pensarlo mucho me lo bebo de un trago y cojo otro.
—Vas fuerte. —Dice Nolan detrás, lo suficientemente fuerte para que lo escuche.
—¿Quieres? —Le ofrezco el nuevo vaso, pero este niega.
—No gracias, no bebo.
—Tú te lo pierdes. —Le sonrío poniendo el vaso entre mis labios sin apartar mis ojos de los de él.
Una chica se acerca a nosotros, y sin darle tiempo a responder toma a Nolan del brazo. Antes de llevárselo me mira rápidamente.
—Te lo robo un segundo.
Sin darle más vueltas observo al resto de gente, especialmente a los que no parecen estar a punto de vomitar. Insatisfecha con mi búsqueda cojo una de las botellas de ron, saco los hielos de mi vaso y lo lleno hasta arriba de nuevo.
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Me quito los tacones con los pies adoloridos de tanto bailar y saltar, apoyada en la pared doy otro trago, acabando mi sexta copa de la noche. El alcohol ya estaba mostrando sus estragos en mí, me sentía algo mareada y la cabeza me palpitaba. Creo que ya era hora de dejar de beber por hoy.
