Una historia que nadie recuerda, silenciada por un oscuro velo de engaños. Un pasado desconocido y una noche trágica... ¿Será Winter capaz de desenterrar todos los secretos ocultos junto a sus raíces?
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El hombre subió las escaleras hasta el despacho con paso tranquilo, seguro de que la resolución de esa reunión sería decisiva para su tan ansiado objetivo. Sus pasos se escuchaban resonar por los pasillos junto a los viejos ventiladores de pared llenos de polvo, la luz naranja que entraba por la ventana proyectaba su sombra en el suelo.
Al estar frente a la puerta miró su reloj, 11:59, justo a tiempo. Con solo tres golpes, un "adelante" se pudo escuchar al otro lado, y el hombre pasó. Un diminuto y desordenado despacho presentaba a la perfección al Comisario Jenkings, el hombre regordete de aspecto desenfadado que presidía el escritorio, con una caja de rosquillas glaseadas a su alcance y un montón de papeles revueltos por la mesa.
—Buenas tardes, Comisario. —Saludó formando con una cruda seriedad, antes de sentarse frente a él.
—Descanse, descanse, identifíquese por favor.
—Me presento, soy James Evans, director general de "South Detective's" —Dijo, sacando una tarjeta para posteriormente dejarla sobre la mesa—. No sé si se acordará de mí, trabajé para la comisaría hace un par de años, en el caso de "Drax Avenue" y la desaparición de Emma Walters.
—Oh sí, sí, la empresa de investigación privada ¡Cómo podría olvidar! —Ríe, escupiendo a la vez.
—Bueno, puedo suponer que va todo en orden en el pueblo, ya que nadie ha requerido de nuestros servicios en este tiempo. Me alegra saber que el orden está restablecido, fueron unos momentos duros, años atrás. —Expresó reclinándose en la silla.
—Ni que lo diga, la tasa de criminalidad estaba por las nubes. Gracias a Dios eso ya pasó, y sí, está usted en lo correcto, llevamos una racha récord de calma.
—Eso siempre es bueno, yo me encuentro personalmente en un punto similar, tengo contratados a más de 20 hombres para mí, y aunque no lo crea, el trabajo en la ciudad escasea, por lo que al final del día no queda ninguna tarea a mi nombre.
—¿Qué le trae entonces por aquí detective? ¿Ha elegido Scarlett Hollow como destino vacacional? —Preguntó, y el detective se contuvo para no reírse en su cara. Destino vacacional decía...
—Hace dos mañanas estaba tomándome un café cuando recordé aquel caso tan sonado, la familia Blackwood, ¿se acuerda? —Comentaba hipnotizando al comisario con su picoteo de dedos en la mesa.
El comisario asintió, degustando una de las rosquillas con placer, manchando toda su blanca camisa de migas azucaradas.
—Claro muchacho, Los Blackwood nunca se irán de nuestra historia. —Trató de decir, aún con la boca llena—. Para bien o para mal, fue una época de mucho trabajo, sí.
—Cierto es, entonces me preguntaba... ¿Por qué no reabrir el caso? Ya bien sabrá usted que no me gusta dejar misterios sin resolver, opacan mi perfecta carrera profesional.
