Nakahara Chuuya

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Mi amado Dazai,

¿Cómo estás en este momento en que nuestras vidas están separadas por un abismo de silencio? Cada día me pregunto si sientes mi ausencia tanto como yo siento la tuya. ¿Anhelas mi presencia como yo anhelo la tuya? ¿Todavía late tu corazón con el mismo fervor que el mío, o el tiempo ha desgastado los recuerdos que compartimos?

Te extraño con una intensidad que me consume, como el fuego que arde sin descanso. Cada espacio vacío en mi vida clama por tu presencia, por tu sonrisa que iluminaba incluso los días más oscuros. ¿Me extrañas también, Dazai? ¿O soy solo un fantasma que acecha en los rincones de tu memoria?

Aún siento amor por ti, profundo e inquebrantable, como un río que fluye eternamente. Pero me atormenta el pensamiento de que mis acciones hayan causado daño a ese amor, que haya descuidado el preciado regalo que me ofreciste. Lamento haber lastimado nuestra conexión tan pura y haber dejado de lado la promesa de cuidar y proteger nuestro amor.

Las palabras se quedan cortas para expresar el pesar que siento, el remordimiento que me consume. ¿Podrás algún día perdonarme, Dazai? ¿Habrá espacio en tu corazón para la reconciliación y la sanación de nuestras almas heridas? Anhelo desesperadamente sentir tus besos y caricias una vez más, para sumergirme en la calidez de tu amor y encontrar redención en tus brazos.

Sé que no merezco tu perdón, pero te ruego que consideres la posibilidad de una segunda oportunidad. Haré todo lo que esté en mi poder para enmendar mis errores y demostrarte que puedo ser el compañero que mereces. Por favor, no dejes que nuestras promesas se desvanezcan en el viento del tiempo.

Con todo mi amor y arrepentimiento,

Chuuya N.

Dalias (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora