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Jeongin quería en ese momento tener un confidente. Alguien a quien hacerle todas esas preguntas que rondaban por su mente desde que descubrió que Hyunjin estaba enamorado.

La charla del día anterior se había extendido, todos querían saber, y por lo que Jeongin descubrió, Hyunjin no tenía demasiados amigos además de ellos. Las probabilidades de que fuese él aumentaban mientras menos personas hubiese en la lista.

A su vez, tampoco quería hablarlo con alguno de sus amigos, que casualmente también eran amigos de Hyunjin y que además, eran posibilidades en la lista de enamorados. Si lo hacía, hacía notar su obvio interés por el mayor, y por el momento no lo quería admitir ni para sí mismo.

Le aterraba estar enamorado de Hyunjin.

El sentimiento era tan grande, tan puro y profundo. Si recibía un rechazo no iba a poder recuperarse. Pero, al contrario, si recibía una confesión… Jeongin fantaseaba con eso a diario.

Sus mayores lo trataban de una manera hermosa, pero parecía que el trato de Hyunjin era distinto. Siempre era más considerado con él, le traía regalos, lo acariciaba y apachurraba todo el tiempo, sin querer separarse un segundo de él.

¿Tan mal estaba hacerse ilusiones? ¿Su trato distinto era una señal?

Tampoco quería hablarlo con su hermano, seguía temiendo en sus adentros que Felix lo resintiera por entrar sin permiso a su grupo de amigos y ahora, además, por estar enamorado de uno.

Además había una no muy mayor, pero marcada, diferencia de edad. Jeongin tenía apenas dieciséis años. Había logrado adelantarse un año en sus estudios por sus excelentes calificaciones, pero a ojos de sus amigos, podía notar que lo seguían viendo como un niño. Felix ya tenía diecinueve y Hyunjin era mayor, Hyunjin tenía veinte años.

No era mucho, pensaba Jeongin. Ahora se notaba un poco, pero cuando él estuviese casado con Hyunjin y fuesen más grandes, quizás con veinte años más, entre treinta y seis y cuarenta, nadie notaría la diferencia.

Ya estaba divagando otra vez, fantaseando con su casamiento con Hyunjin como venía haciendo hace tres años. Hasta tenía un diario, donde escribía con lujo de detalle cómo sería su boda.

Llevaría un traje color cálido pero no blanco, porque creía que con su piel pálida se vería mal, y Hyunjin llevaría un traje a juego, con cuentas doradas. Eso se vería perfecto con la piel apenas tostada por el sol del mayor. Rogaba por que Hyunjin no cambiara su estilo de cabello, porque si llegaba a cambiarse ese largo pelo rubio, Jeongin tendría que hacer modificaciones a sus trajes para que combinaran mejor.

Jeongin llevaría un fino bouquet lleno de peonías y algunas anémonas, combinadas con hojas de olivo; todo en colores pálidos y ligeramente anaranjados. Esperaba para ese momento ya no usar brackets, porque quería usar una fina corona de hojas doradas apenas perceptible en su cabello, y si seguía con brackets sería demasiado metal en su rostro. No quería dejar de lado su corona.

Se casarían al aire libre, bajo un arco de hojas verdes, quizás en primavera. Hyunjin pediría una banda con violines y Jeongin seguro esa noche comería poco por los nervios de casarse con el amor de su vida.

Sí… sería perfecto.

Si tan sólo sus sentimientos fueran recíprocos.

Pero no iba a rendirse, no ahora. Pensar en la ligera posibilidad de que él fuese el enamorado de Hyunjin llenaba su pecho de expectativas.

Estaba tan perdido en sus adentros que no notó cuando tres chicos se sentaron a su alrededor. Lo cual era… extraño. Porque nadie se sentaba con Yang Jeongin a la hora del almuerzo. Es más, él almorzaba en la azotea para evitar tener que ir al comedor. Así que era aún más extraño que esos tres chicos estuvieran mirándolo como si quisieran algo de él.

—¿Los puedo ayudar? —preguntó tímido, casi tartamudeando. Había olvidado la última vez que cruzó palabras con alguien de su recinto escolar que no fuera para insultos o burlas, esperaba que este no fuera el caso.

—¿Eres Yang Jeongin, cierto? —preguntó uno de ellos, era bonito. Su rostro era agraciado, con ojos brillantes y cabello un poco largo. Una sonrisa encantadora.

—S-sí, soy yo.

—¡Genial! —dijo el mismo chico, entusiasmado quizás de más— Necesito algo de tí, resulta que-

—¿Mi almuerzo? No traje mucho dinero hoy pero puedo buscar más si quieres —interrumpió Jeongin.

—¿Qué? —el mismo chico rió como si Jeongin hubiese contado el chiste más gracioso del mundo— No es eso pequeño, no te preocupes —le revolvió el cabello con la mano—, aquí yo y mis amigos tenemos una duda que no podemos resolver y-

—Ya la resolvimos, Beomgyu —dijo otro, más alto.

—¡Deja de interrumpirme, Heeseung! —gritó hacia el alto y luego se volvió para hablarle a Jeongin— Como te decía, estamos discutiendo sobre cuántas lunas tiene Júpiter y el tonto alto que ves ahí —señaló al que al parecer se llamaba Heeseung— buscó la respuesta en Google y yo no confío en el internet.

Jeongin no entendía nada. Veía como Heeseung y el otro chico del cual aún no sabía el nombre, giraban los ojos en hartazgo mientras Beomgyu hablaba.

—Fuimos a la biblioteca por el libro de Astronomía y la bibliotecaria dijo que lo tienes tú, ¿Podrías prestármelo unos minutos para ver la respuesta? —le preguntó, con unos ojitos de cachorro que Jeongin no podía ignorar.

—¡Claro que sí! —respondió un poco confundido cuando notó que se había tardado de más en dar una respuesta— Lo tengo en el salón, en mi mochila, puedo traerlo y-

—¡Vamos juntos! —dijo Beomgyu, agarrándose de su brazo para comenzar a caminar.

—Pero… pero si los demás te ven conmigo —susurró Jeongin, un poco asustado. Nadie se acercaba a él porque recibirían burlas de los demás también.

—Que se vayan a la mierda —dijo el más alto, alcanzándolos y estiró su brazo hacia Jeongin—. Yo soy Lee Heeseung, disculpa a la pulga que se te prendió, Beomgyu es así.

Jeongin aceptó su saludo, haciendo una pequeña reverencia.

—Yang Jeongin —respondió— soy de la clase 5.

—Lo sabemos —dijo el último, acercándose—, nosotros somos de la misma clase pero distinto curso. Yo soy Lim Jimin, es un gusto, Jeongin —le dijo con una sonrisa.

—Y yo soy Choi Beomgyu —dijo el que seguía agarrado de su brazo, tironeándolo un poco para avanzar—, somos mayores que tú porque sabemos que te adelantaron un año, así que somos tus hyungs ¿Sí? Seremos tus amigos desde ahora porque cualquiera que esté interesado en el gran libro de Astronomía de la biblioteca automáticamente es mi amigo, a no ser que sea un patán y ahí puedo pensarlo, pero tú eres adorable —le dijo, soltándose de su brazo para agarrarlo de sus mejillas—, todo pequeño y adorable.

—Beomgyu ya déjalo —dijo Jimin— ¡Lo asustas!

Jeongin se rió, un poco avergonzado, caminando con ellos hasta su salón para buscar el libro.

Al final, al igual que la respuesta de Google, Júpiter si tiene 95 lunas y al parecer, Jeongin se había hecho amigos.











we algo bueno le tenía q pasar al pobre

yo sé que en la realidad Jeongin es mayor que Beom, Hee y Jimin, pero aún en la realidad sigue pareciendo el más chiquito y la magia del guión es así qsyo es menor acá 🚬🚬🚬

come back to me, please    𔘓̸    [ hyunin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora