Capítulo 7

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| Séptima Entrada |


Tenía varios años viviendo con aquel amable hombre, con el tiempo había aprendido a hablar su idioma y ahora conversaban amenamente, aunque no sin un poco de dificultad en algunos momentos.

Cuando tenían tres años viviendo juntos, él se había dado cuenta de lo que ella era, y si bien se había molestado porque ella no tuvo la confianza de decirle, también comprendió el actuar de la hermosa criatura. Desde entonces ella había estado buscando a su familia restante, tenía que haber al menos un sobreviviente, pero en cada intento, fallaba miserablemente, sus temores parecían volverse realidad cada vez que regresaba con las manos vacías. Su tristeza era inmensa, pero cada día trataba de seguir adelante.

Pasaron las estaciones, y un día, una terrible enfermedad empezó a hacerse presente en el pequeño pueblo donde vivían. Las plantas empezaron a secarse, el ganado empezaba a enfermar y el agua sabía mal. Los humanos se enfermaban con facilidad. En ese primer momento no se interesó mucho en estos cambios. Grave error de su parte.

Un año después, gran parte del pueblo estaba enfermo, ella y su ahora esposo estaban cuidando de un pequeño niño, hijo de ambos, su pequeña familia estaba sana y ella temía por ellos, su amor era humano, y tenía la certeza de que su hijo había heredado algo de ella. Sin embargo, temía por su mitad humana.

Una noche, mientras regresaba a casa, una luz cegadora la envolvió, era una suerte que para esa hora, todos estaban en sus casas, su hogar se encontraba adentrado en el bosque, ahora cada vez más seco. Así que al menos no tendría que preocuparse por la vista de curiosos humanos.

Cerró los ojos por un momento mientras que sentía cambiar su cuerpo contra su voluntad. Cuando los abrió, se sorprendió de estar en una pequeña playa, rodeada de cuatro humanos, cuatro humanos que tenían un extraño olor a criatura. Ellos eran iguales a su hijo, notó con cierta sorpresa.

Sintiendo el poder que ellos tenían, por primera vez en mucho tiempo, después de llegar con su ahora amor, conocer la paz y tranquilidad, temió por su vida de nuevo.

|Séptimo Capítulo |


Se despertó con el sonido de un hechizo de alarma, abrió los ojos con cansancio acumulado y se estiró con pesar. Había organizado sus papeles en un par de días y había tomado un descanso de un día más antes de ir al ministerio.

Había tomado tiempo, pero ahora tenía una línea temporal bastante pulida de los sucesos después de la apertura de los portales. Era algo bueno que no le debía explicaciones a nadie, puesto que le resultaría difícil mencionar cuánto se había obsesionado por este tema en su adolescencia.

Se levantó mientras se estiraba, escuchando sus huesos romperse en la tensión acumulada, se sentía...agotado. Sin embargo, era una especie de cansancio agradable, que dejaba el vestigio de un orgullo de una meta recientemente alcanzada.

Se dirigió a la cocina, notando algunos pobres búhos esperando dejar su correspondencia. Tal vez era el momento de conseguir un elfo doméstico, que organice todo mientras él estaba dormido, o involucrado en sus deberes investigativos. Tomó una nota mental de preguntar a Draco sobre ello, hasta ahora, siempre había ignorando esa necesidad. Pero tal vez era el momento de cambiar eso.

Le quitó las cartas a cada búho, asegurándose de darles algunos chuches, para evitar su furia. Principalmente los del ministerio y los de gringotts, tendían a morder si no estaban contentos.

Lentamente, mientras tomaba su café, fue abriendo los sobres uno a uno. Separando los personales. Abrió la carta que le había enviado su tutor, sonrió ante lo que decía.

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⏰ Última actualización: Apr 01 ⏰

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