Epílogo

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Había pasado un tiempo desde la batalla final, ahora, Storm, Cooper y Wendy retornaron a su hogar, pero se trajeron a varios amigos consigo, siendo Rain, Trueno, y las dos armas, Artema y Gungnir, todos habían acordado ese día, reunirse en casa de Wendy, y Storm, quizá demostrando una habilidad qué poseía, y hasta ahora no mostraba, cocinó la comida, un estofado qué olía demasiado bien, de a poco, comenzó a servir los platos.

-Cooper, este es tuyo.

Su amigo bromeó.

-¿Está envenenado?

-Cállate y come, ¿quieres?

-¡Ja, ja, ja!

Storm le dio su plato a Wendy, tras eso.

-Este es para ti.

-Espero y sepa mejor de lo qué huele.

-Ya verás cómo te sorprendes.

-¡Muero de ganas!

Tras eso, el chico sirvió dos platos más, tenía uno en cada mano, pues, habían dos integrantes más qué fueron convencidas por las habilidades culinarias del chico, nada más qué Gungnir, y Artema, las cuáles estaban en la mesa también, esperando.

-Chicas, disfruten.

Gungnir tomó su plato y empezó a comer cómo si nunca lo hubiese hecho en la vida, pronto notó qué todos la estaban mirando, a lo qué sólo sonrió algo avergonzada, Artema, por otro lado, se tomó un momento antes de probarla, Storm aún no se sentaba, esperaba una respuesta.

-¿Qué les parece?

Gungnir levantó su mano.

-Si Art-Art no se come su plato, ¿puedo tenerlo yo?

- Eh...

Artema, iba a su ritmo, sin preocuparse.

-No está mal, aunque es curioso viniendo de mí, comer comida es... Algo qué no hago a menudo...

Storm le sonrió.

-Bueno, eso puedes cambiarlo, ¿no te parece?

-Sí, tal vez...

Rain entró a la casa, tenía una lata de aceite, y se la estaba bebiendo cómo si fuese un refresco, todos se le quedaron viendo.

-¿Qué?

Wendy le señaló por lo qué estaba haciendo.

-Estás...

-Ah, sí -miró la lata- Puedo recargar mi energía así, hace poco me enteré, es cómo lo qué hacen ustedes, ¿no?

-Sí, algo así...

Cooper eructó, para añadir algo.

-¿Trueno puede?

-No sé, deberías ir a preguntarle.

-A todo esto, ¿dónde está?

Rain señaló con el pulgar hacia atrás.

-Ahí afuera, vio unos pájaros y... Dice qué quiere alimentarlos, parece qué le gusta su nueva vida.

-Ah, ya... Déjalo, para eso lo trajimos, después de todo, ¿saben algo? ¡Para la próxima debemos invitar a Freya! ¡Ella se lo está perdiendo!

Storm le hizo una broma a su amigo.

-¿Y por qué tanto interés de repente, eh?

-¡No pienses nada raro! ¡E-es qué...! ¡Ella también es parte del grupo! 

-Sí, sí, la llamaremos para la próxima vez, le diremos expresamente qué tú la invitaste.

-¡Storm, ya basta!

-¡Ja, ja, ja!

El chico de cabello morado, sugirió entonces un pasatiempo, hizo aparecer la espada Artema, y la clavó en el suelo, no sin antes preguntarle algo.

-Oye Artema, ¿pasa algo si alguien más levanta la espada? ¿se le cae la piel, o algo?

-No, nada, pero nadie la podrá levantar.

-Por eso decía.

-¿Qué?

Storm le hizo una seña a su mejor amigo, Cooper.

-Cooper, te reto a levantarla, si lo haces, te la quedas.

-Es una apuesta grande, viejo, te podrías quedar sin tu arma y... ¡Acepto! Hazte a un lado.

Cooper se tronó los dedos, y sujetó el mango de la espada, para luego, empujar con todas sus fuerzas, pero el arma no se movía en lo más mínimo, tanto fue el esfuerzo, qué hasta usó una de sus piernas para intentarlo, pero nada cambió, Cooper la soltó, suspirando.

-Esta cosa tiene truco... ¡Qué lo intente Wendy, a ver!

La chica sonrió, y dio un paso al frente.

-Quítate, debilucho, ahora verás cómo... -comenzó a tirar, sin resultado- Yo... Muevo... La... -tras un tirón, cayó de espaldas, pero la espada no se movió- ¡¿Pero qué pasa con esta cosa?! ¡Argh!

Storm sonreía burlón.

-¿Rain? ¿Quieres intentar?

El robot dejó su lata sobre la mesa, y se preparó.

-Yo hago, o no hago las cosas, pero nunca lo intento.

-Tú tienes súper fuerza, seguro lo consigues.

-Veremos... -intentó sacarla- Mmm... ¡Creo qué está cediendo!

Artema, quién estaba ligada al arma, le arruinó la felicidad.

-No, ni un milímetro.

-¡Oh, vamos!

-Nada de nada.

Rain se retiró, y de su mano, salía humo, sin dudas se había sobrecalentado de más, Storm entonces, levantó la espada, y la guardó.

-Ligera cómo una pluma.

Artema agregó, pero sin dirigirle la mirada.

-Si no fueras mi portador, estarías igual qué ellos.

- ...

-No miento.

-Lo sé...

Rain salió de la cabaña un momento, y observó el cielo, era un día soleado, despejado, él no lo sentía, pero una brisa movía sus cabellos, y además, lo veía en los árboles, moviendo las hojas, o en la hierba, meneándose de un lado a otro, fue entonces qué entendió una duda qué tenía hace tiempo.

-Con qué por esto luchábamos... Por esto, luchaste... -miró al cielo- 

                                            Fin



Planeta Zero : Ecos Del OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora