Fragmento Final | Coriolanus

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Chapter 05;
"Pues tengo todo menos tu mirada
Y sin tus ojos
Mis ojos ya no ven nada
Tengo todo excepto a ti"
(Tengo todo excepto a ti - Luis Miguel)

Coriolanus se había pasado las últimas tres noches soñando con exactamente lo mismo: Sejanus Plinth y el verano que compartieron en el distrito doce. Estaba sumergido en una terrible melancolía que le generaba deseos de quedarse en cama ,perdido en aquellas imágenes mentales, que eran definitivamente mejor que la convivencia con su esposa.

Livia hablaba sin parar sobre muchas cosas, y él no había oído absolutamente nada de ninguna de ellas. Solamente tenía cabeza para su pasado. 
Aunque sorprendentemente, empezó a prestar atención a sus palabras, cuándo ese fantasmal pasado, se había colado en los tantos reportes inservibles de Livia.

—Espera, ¿cómo dijiste?
— ¿Me estás prestando atención?
—Claro ¿no te estoy haciendo preguntas sobre ello? 

Era impresionante como esa mujer conseguía ser una molestia sin esfuerzo alguno. Si su familia no fuera tan rica, seguro que nadie se le hubiera acercado jamás. Mucho menos se hubieran casado con ella. 
A veces solía pensar que era como una copia de Arachne Crane, solo que con más dinero.

—Bueno, estaba diciendo que piensan que Sejanus va a casarse con ella. A mí también me sorprendió saberlo, pensaba que a él le gustaban los hombres. 
— ¿Casarse con quién?
—Lysístrata.
— ¿Cómo?
—No estabas prestándome atención —afirmó más caprichosa que ofendida.
—Lo estaba haciendo Lidia, pero, dices tantas cosas que algo se me enredo. 
— ¿Sabes qué? No voy a quedarme aquí gastando palabras en vano.
—Siempre lo haces.
—Por eso —se puso de pie dispuesta a irse y él se apresuro a retenerla por la muñeca.
—Espera, cálmate, no seas tan impaciente. 

Contentarla era fácil, ya que era una mujer de pocas expectativas: un poco de atención, algo de dinero, y con eso se solucionaba todo. Esa era otra de las razones por las cuáles Coriolanus había aceptado ser su esposo. Era sencillo descifrarla, simple mantenerla ocupada...fácil de odiar.

—Bien.
—Empieza de nuevo. Comprende que tengo que ocuparme de muchas cosas ahora que estamos en campaña política. 
—Ya sé, tienes razón, discúlpame —tomó su lugar y puso una mano sobre la de él como gesto de cariño.

A Coriolanus solo le producía nauseas pero le siguió el juego.

—No pasa nada.
—Bueno, estaba diciéndote que mi madre piensa que Sejanus va a casarse con ella.
— ¿Por qué? ¿Están juntos?
—Los vieron cenando junto a Theorius varias veces —se encogió de hombros como sí aquella conclusión fuera lo más obvio del mundo.
—Lysístrata nunca fue amiga de él —se tragó el sentimiento amargo que le producía la imagen mental de Sejanus con alguien más.
—Es lo que yo pensé, pero, no hay que olvidar que pronto Strabo Plinth va a retirarse y su hijo ocupará su lugar. Ya está al frente de varios negocios importantes, está claro que es una preparación para llenar la silla mayor.
—No escuché nada.
—Porqué te ocupas de otras cosas, pero, se habla mucho de él. Sobre todo porqué esta soltero. 
— ¿Porqué esta soltero?
—Claro, es un buen partido. No en mi opinión, claro esta. No puedo imaginarme a alguien teniendo hijos con él, ¿seguir infectando de sangre del distrito la capital? Por favor no. 
—Pero Lysístrata ya tiene un hijo.
—Es exacto por eso que creo que si se casará con él. Todo coincide.
—Entiendo.
—Aunque esperó que no. Lysístrata no debería relacionarse con esa gente. No en su posición. 

Él también esperaba que no, aunque por razones muy diferentes.
Pensar en Sejanus con alguien más era desagradable, más desagradable que soportar a Lidia.

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