Odio que dentro de mi haya una lucha, entre la lógica y la esperanza, esa que siempre se encuentra al final de la caja de Pandora, después de que todos los males se liberasen.
Se que no debo avivar la esperanza pero muy en el fondo mi corazón me grita que no quiero hacerle caso a la lógica, muy en el fondo esa parte de mi todavía aguarda un deje de esperanza.
Es verdad que poco a poco esa esperanza va desapareciendo, porque si tú a un fuego no lo avivas el fuego se va apagando, cada día que pasa, la lógica va ganando y la esperanza se va perdiendo.
Duele? Sí, pero al final de todo la lógica es una triste verdad y la esperanza se puede convertir en una dulce mentira.
Es verdad que no puedo vivir esperando que todo lo que quiero pasé porque si no después me puede llegar la realidad diciendome que eso solo son cuentos de hadas.
Que no va a pasar y que deje de imaginar, que deje de soñar cuentos, historias, escenarios que nunca pasarán, pero... Me ayuda a calmar la ansiedad pensar que en algún momento, tiempo o vida pudieran llegar a pasar.
Así que aún consciente de que la realidad al final llegará, por unos días más, dejaré de lado la verdad, la lógica que me impulsa a parar y avivare esa llama de esperanza que duerme al fondo de una caja que una chiquilla abrió sin más, sin saber que todo lo malo desataria.
Y esa chiquilla solo intenta que las heridas dejen de sangrar, mientras que con su manga se limpia las lágrimas de su mejilla, y plasma en un papel todos los sentimientos que la torturan cada noche intentando buscar así un poco de paz para al fin poder descansar.
