La distancia no me da miedo, siempre diré que quiero volar. No soy alguien a quien puedan tener encerrada, encadenada a un oscuro pasado, entre unas paredes imaginarias en la ciudad que me vio crecer.
Quiero correr, marcharme sin mirar atrás, pero jamás olvidaría a todas las personas que me hicieron ser quien soy hoy.
Porque cada persona que me apoyó, que me cuidó, que simplemente me sonrió, está guardada en mi corazón.
El único miedo que tengo es ser olvidada, irme y no ser recordada, ser una más entre las personas que me conocieron, y sobre todo ser una amiga pasajera con las personas que más quiero.
Por eso me hago ver, grito para que en sus cabezas quede marcada mi voz, abrazo para que en sus ropas quede mi olor, doy amor para que mi cariño quede guardado en sus corazones.
Para que una parte de mi se quede con esas personas que tanto quiero, para que la distancia solo impida un abrazo, que la solución sea un tren, y que las lágrimas no salgan cuando esté en un rincón de la habitación.
Si me sacarán el tema un día sensible contaría una historia, el cuento de una chica que entregó cada parte de su ser, una parte de su corazón a esas personas por las que daría su vida, gente que la vió crecer, sus mejores amigos, familia de no sangre.
Pero en el fondo tiene miedo a ser abandonada, siente que si no se hace ver nadie la verá, que piensa que sin su presencia nadie se acordará de ella.
Y todas las noches reza mientras mira a la luna, aterrada porque todos dicen que la luna quita más de lo que da, pero en su desesperación grita a la oscuridad que sea verdad.
Que las palabras de esa familia que escogió se cumplan. Que el miedo sea solo miedo, un terror sin razones, solo una voz en su cabeza.
Porque una vez que se entrega un corazón es muy difícil recuperarlo. Todos hablan de la indiferencia de una pareja, pero nadie habla de como cuesta olvidar a un amigo que creció siendo tu familia.
Y que por marchar hacia nuestros sueños, haga que todos esos recuerdos que una vez creamos, sean solo recuerdos y no una razón para permanecer despierto.