Dos semana después
Estaba caminando hacia mi última clase cuando me encontré con Tzuyu, quien se veía un poco agitada.—Chae, te estaba buscando. Tu teléfono ha estado sonando.
Le había dado el teléfono a Tzuyu porque me tocaba gimnasia y nunca tengo dónde dejarlo, pero no la vi en todo el día para que me lo devolviera.
—Creo que era tu padre, pero el teléfono se apagó y no pude volver a llamarlo.
—¿Mi padre? —sentí una presión en el pecho que me impedía respirar.
—Yo me tengo que ir.
Tzuyu agarró mi mano para que no me fuera.
—Tzuyu, suéltame.
—No, siempre haces esto. Te alejas y me haces a un lado.
¿Por qué le importa?
—¿Qué pasa? Algo está mal y no me lo quieres decir.
—Nada, no pasa nada.
—Sabes que puedes confiar en mí, somos mejores amigas.
—Tal vez no deberíamos.
Su mano me soltó.
—¿Qué?
Sus ojos se humedecieron, su boca se abrió pero no salió nada. En su mirada no había enojo; parecía decepcionada. Nunca la había visto así antes, y todo es por mi culpa.
-Lo siento, lo siento mucho.
Me alejé lo más rápido que pude, dejándola sola. ¿Por qué estoy triste? No la merezco, es mejor así.
En los pasillos me encontré con Mina y Sana, quienes me saludaron, pero las ignoré, caminando aún más rápido.
Ya estaba un poco lejos del colegio cuando escuché un grito.
—¡Chaeyoung! ¡Espérame!
Al voltear, me doy cuenta de que es Mina. Intento seguir caminando, pero es imposible.
—No me ignores, por favor.
Se para frente a mí y me mira con ojos de súplica.
—Me preocupas. ¿Por qué le haces eso a Tzuyu? Es tu mejor amiga.
¿Por qué se preocupa? No somos amigas o solo le di lástima, claro, entiendo. Quería ayudar a la pobre niña.
—¿Y qué? No me importa.
—¿En serio no te importa o estás fingiendo?
—¿Fingiendo?
—Sí, no quieres hacer esto. Solo te estás obligando a ser alguien que no eres ni puedes ser.
No podía decir nada. Ella tenía razón, y eso me molestaba. Ella me molestaba. ¿Por qué tenía que aparecer? Solo estaba empeorando las cosas. Mi mirada se dirigió al suelo, sin saber qué hacer. Intenté irme, pero ella sujetó mi brazo. Me quejé de dolor. Me miró por unos segundos antes de levantar la manga de mi uniforme. Aparté el brazo, pero ya era tarde.
—¿Qué te pasó? —frunció el ceño.
—No se preocupes por eso —murmuré—. Simplemente me caí por las escaleras del edificio.
—Eso no es algo que se cause por una caída.
-¿Por qué le importa? ¿Me conoce desde hace cuánto, una semana?
—Sí, y con el tiempo que llevamos conociéndonos, estoy segura de que no quieres hacer esto. ¿Por qué lo haces? Dímelo y lo solucionaremos juntas, ¿de acuerdo?
—S-solo ignora lo que ha pasado, olvídalo —la aparté a un lado y comencé a caminar.
—¿Y si les cuento a las chicas sobre esto?
Me detuve en seco, dándome la vuelta.
—Está haciendo esto más difícil. Por favor, no lo haga.
—¿Qué? ¿Preocuparme por ti? —ella se estaba acercando cada vez más.
—Solo... solo... —mi voz se quebró, no podía hablar; sentía que podía llorar en cualquier momento. Mina se acercó rápidamente y me abrazó. Ese gesto hizo que la primera lágrima cayera, provocando que me aferrara a Mina con todas mis fuerzas.
Hola, volví. Lo siento por la demora.
Espero y les guste.💗
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wounds |Michaeng
Short Story"Chaeyoung, estoy aquí intentando ayudarte porque no lo ves."