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 Esto no puede estar pasando

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Esto no puede estar pasando. ¿Por qué ahora?

—Lo siento, pero creo que se equivoca. Yo no tengo... tenía una madre, pero me abandonó.

—No, eres tú. Yo... yo lo siento—dijo la mujer con dientes de conejo, intentando acercarse a mí. Pero me levanté y me alejé.

—En serio, no tengo madre. Ella me abandonó, no me quiso...

—Hija, no...

—¡No soy su hija! ¿Por qué no lo entienden? —grité, caminando hacia la puerta, decidida a abandonar este lugar tan confuso.

Había caminado unas cuantas calles cuando sentí que alguien me agarraba del hombro y me daba la vuelta.

—Chaeng, solo escúchalas—Mina me miraba con súplica. Yo asentí, a regañadientes.

—Lo siento... no quise dejarte. Yo solo quería que estuvieras segura. Conmigo no tendrías una vida sana; viviríamos en la calle... no quería que pasaras por eso. Tuve que irme. No podía seguir en ese lugar con ese hombre. Estaba asustada.

—Qué ironía—dije con una risa triste—. ¿Estar bien? No, simplemente querías deshacerte de mí, de la carga que soy. Si usted estabas asustada, ¿Se imaginas lo que yo sentí? ¡Era una niña que no entendía por qué la golpeaban! ¡No sabía qué había hecho para merecer ser tratada así! Una niña que necesitaba una madre que la cuidara, que le diera amor y cariño. Yo la necesitaba en esos momentos, y ¿qué hizo? Me dejo como un perro.

No quiero llorar, no delante de ellas.

—C-Cha, yo tenía que s-salir de esa casa... me maltrataban... no podía soportarlo... p-pensé que él no te haría nada... pensaba que eso era m-mejor para ti—balbuceó la mujer, intentando estabilizar su respiración, mientras la otra más alta la abrazaba por detrás.

—¿Y decides dejar a tu hija en los brazos de un hombre que te golpeaba? —dije, con una lágrima bajando por mi mejilla—. Usted dijo que no quería esa vida para mí, pero a mí me hubiera bastado. ¿Sabe por qué? Porque estaríamos juntas, y eso era suficiente. Pero ahora ya no la necesito.

Era raro; había dicho todo y aún seguía con el nudo en la garganta.

Las chicas me miraban absortas. Entendía su sorpresa.

Me comencé a alejar, pidiendo que nadie me siguiera. Quería estar sola.

Llegué al departamento, donde el silencio era ensordecedor. Me sentía más miserable que nunca, como si un peso invisible me aplastara.

Cuando alcancé mi cuarto, las lágrimas comenzaron a fluir. Caí de rodillas en el suelo, sin poder contener el llanto. Era como si todo lo que había reprimido durante años saliera de golpe, y no podía detenerlo.

La soledad me envolvía como una manta pesada. Miré a mi alrededor, sintiendo que este lugar me asfixiaba. En este momento me sentía más perdida que nunca.

 En este momento me sentía más perdida que nunca

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¿Qué creen que pasará?

Espero que les guste.💗

wounds |MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora