Después de algunos minutos caminando, llegué a una casa muy bonita. Toqué un par de veces hasta que me abrieron.—¿Chae? —Mina ya tenía puesta la pijama. Bueno, era de esperarse, ya que era un poco tarde.
—Hola, lo siento por la hora, pero me dijiste que podría venir, y no tenía dónde ir.
—Sí, pasa —entré, y se sentía un ambiente acogedor y cálido. La casa estaba impecable, todo lo contrario al departamento donde vivía.
—Mi madre tiene turno de noche y no llegará hasta mañana, pero estoy segura de que te dejaría quedarte aquí.
-En serio, gracias por esto.
—No es nada, Chaeng. No me molestas, al contrario, me gusta estar contigo —sonrió—. ¿Quieres hablar de lo que pasó?
—Ahora no, es tarde y ha sido un día largo.
—Sí, claro, sígueme.
Me guió hasta el cuarto de invitados, me dio una pijama y me dijo que podía llamarla si necesitaba algo, pero no me atrevería a hacerlo. Ya he causado muchas molestias.
...-Me encanta la playa, la brisa, el sol... es relajante —escuché decir a la mujer que conoció mi papá. Él siempre hace lo mismo: las trae a la playa conmigo, su hija, para que pasemos tiempo juntos.
Algunas horas habían pasado desde que llegamos. Yo estuve jugando con la mujer, y era obvio que eso a mi papá no le gustaba. Lo hizo saber muy rápido.
—¿No te cansas de jugar con esa niña? ¿Por qué mejor no vienes conmigo?
—Me gusta compartir con tu hija, es agradable —dijo ella.
—Pero viniste a estar conmigo, no con esa mocosa.
—¿Y qué tiene de malo que comparta con ella? Es una niña y necesita distraerse.
—¡Carajo, es que no lo entiendes! Te quiero conmigo. Esa maldita niña no puede ser más interesante que yo —la mujer lo miraba con los ojos abiertos.
—Eres un inmaduro. ¿Cómo le vas a tener celos a una niña? ¿No te da vergüenza? Si así eres ahora, no me imagino después. Sabes qué, olvídalo, yo me voy. No puedo estar con alguien que trate así a su propia hija.
La mujer agarró sus cosas y se fue. Mi padre estaba furioso, pero lo más raro es que no me dijo nada; solo me agarró del brazo y me llevó al mar.
-Lo tenías que arruinar todo, como siempre. Eres un estorbo —dijo cuando ya estábamos lo suficientemente alejados como para que mis pies no pudieran tocar el fondo.
—Solo eres un impedimento en mi vida. Sería mejor si no estuvieras —con eso, me hundió en el agua. Me agarró por los dos brazos, haciendo imposible que me moviera. Solo pataleaba, pero no lo hacía con suficiente fuerza para soltarme. Después de algunos minutos, me sacó.
—Yo te di la vida, así que te la puedo quitar —y con eso, me hundió otra vez.
...
Me desperté sudando, con lágrimas corriendo por mis mejillas y sintiendo que se me acababa el aire.
Había tenido otra de mis recurrentes pesadillas, y sabía que no podría volver a conciliar el sueño, aunque lo intentara.
Miré a mi alrededor y recordé dónde estaba. Mi primer impulso fue levantarme y buscar a Mina.
Al llegar a su cuarto, abrí la puerta y la vi dormir apaciblemente. Me sentí estúpida, como una niña de quince años que necesita un abrazo a medianoche. Estaba arruinando el sueño de Mina solo para intentar apagar uno de mis malos recuerdos. Estaba a punto de marcharme, pero entonces escuché la voz de Mina.
—¿Chaeyoung? ¿Qué pasó?
-Mm... yo... no, es solo que...
—¿No puedes dormir, pequeña?
—Tuve una pesadilla, siempre las tengo. Lo siento, no quería despertarte.
—Ven aquí.
Mina se hizo a un lado, permitiendo que me acostara. Su habitación olía a ella, y eso me tranquilizaba.
—¿Me lo quieres contar?
—No es nada, solo un mal sueño —el miedo todavía se podía notar en mi mirada.
—Sé que no te gusta hablar de lo que te pasa... pero estoy aquí, cuando estés lista. No tienes que cargar con todo sola, Chaeyoung —dijo, y me dio un beso en la frente.
Abracé fuerte a Mina. Parecía que no le molestaba, ya que me lo devolvió. Nos quedamos ahí sin decir nada. Yo tenía la cabeza apoyada en su pecho; el sonido de su corazón y su respiración tranquila estaban haciendo que me volviera a dormir. Era la primera vez que me sentía así con alguien, y se sentía bien.
—Unnie, hoy me sentí fuerte. Fue la primera vez que me defendí de mi padre.
—Tú eres una persona fuerte todo el tiempo, Chaeyoungie.
—¿Chaeyoungie? —pregunté.
—¿Te molesta? —Alcé la mirada. Algunos destellos de luz, causados por la luna, me permitían ver su rostro. Ella me estaba mirando.
Sentí el calor en mis mejillas; estaba sonrojada, y ella lo notó. Pude ver cómo sonreía.
—No —negué—, es lindo. Me gusta.
—Chaeyoungie —repitió ella.
—¡Yah!
—Unnie, si me pusiste un apodo, ¿yo también te puedo poner uno?
—Sí, ¿cuál me vas a poner?
—Todavía no sé, pero lo voy a pensar —le sonreí.
Ella se acercó un poco más, puso sus manos en mi cara y luego me miró. Observó cada centímetro de mi rostro, y yo hice lo mismo. Realmente, es hermosa.
—¿Por qué siento esto?
—Chaeng —murmuró—, si te sientes mal, si estás triste, enojada, si algo no te gusta, solo dímelo. No te guardes nada, ¿sí? —Asentí.
No pasó mucho tiempo antes de que cayera profundamente dormida.
Hola, espero que les guste. 💗
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wounds |Michaeng
Storie brevi"Chaeyoung, estoy aquí intentando ayudarte, ¿por qué no lo ves?"