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Introducción

Es cierto cuando dicen que los padres no tienen un manual de instrucciones para cuidar y criar a un bebé, ellos hacen lo mejor que pueden, cometiendo los errores que cometieron sus padres, y los padres de sus padres, y ellos a su vez, cometerán nuevos errores. Sin embargo, harán lo que sea mejor o lo que parezca mejor para ellos, aunque esto no sea del todo cierto. A veces, una decisión, podrá resultar, en un futuro, el peor error que pudieron haber tomado.

Y es que vale la pena preguntarse lo siguiente:

¿Existe el destino? Y si es así, ¿Todos tenemos nuestro destino escrito? ¿Cómo saber si es destino o casualidad?

Puede que nunca sepamos la respuesta, pero de algo podemos estar seguros, y es que la vida trae consigo muchas vueltas, muchos cambios, hoy podemos estar en lo alto del éxito, pero mañana, podemos estar muertos. Lo cierto es que, siempre debemos estar un paso adelante, tomar decisiones, enfrentar las consecuencias y no mirar atrás.

1

Otra nueva semana, otro nuevo día, empiezo a quedarme embobado del mismo chico desde hace tres años, siempre lo mismo, es que es tan guapo. Para empezar, viste con ropa tres tallas mayores a la normal, usa gorras y bandas deportivas en la cabeza; tiene cierta manía por parecer un completo niño problema, sin embargo no lo es, tal vez no es muy aplicado en la escuela, pero apuesto a que si se propone entregar sus tareas en tiempo y forma, aprobaría sin ayuda de exámenes y demás. Y para terminar, para rematar con el chiste, es de esos chicos heteros que existen con la finalidad de convertirse en el experimento de un chico gay, esos imposibles pero que al final, te dejan un leve trauma listo para atender o morir. Ah sí, soy gay y tengo 15 años.

Aún no entiendo por qué me pierdo en él, en su manera de ser tan suya, sus ojos, esos ojos color miel me hacen perder el suelo.

Recuerdo cuando llegó. Se quedó en la puerta del salón a esperar a que el señor Mendel, profesor de Matemáticas, leyera la hoja que dan en control escolar. De repente su mirada se posó en la mía, no podía dejar de mirarlo, es que me robó hasta el conocimiento y cuando nuestras miradas se cruzaron sentí una corriente recorrer todo mi cuerpo, hasta pensé que él también había sentido tal cosa ya que él bajó la mirada después de sonreír y se pasó la mano derecha por la nuca. Fue tan extraño.

Ese mismo día consiguió amigos y las chicas no dejaban de sacarle conversación, pero claro, yo, el alumno ejemplar del salón, el que nadie voltea a ver porque soy el aplicado, nerd. El único amigo que tengo es Gus, Gustav, mi mejor amigo, él es como mi hermano. Siempre está ahí.

—Bueno chicos, pueden salir. Mañana formamos parejas para el último ensayo de historia de este último parcial.

—Bill... ¡Bill!

—¿Qué?

—Vámonos.

—Sí, vamos.

Y él, él es mi sueño. Obviamente nunca se fijará en mí, él es heterosexual, siempre con distintas y muchas chicas, aunque nunca se le oye decir la palabra novia.

Gustav se va y yo también al camino contrario a él. Me pongo los auriculares y continúo caminando por la acera hasta mi casa, a unas cuantas calles de la escuela.

Entro a casa y mamá prepara la comida.

—¿Cómo te fué, amor? —Mi madre es en extremo amorosa, y sería así si supiera o no que soy gay.

Lo tomó increíble y me apoya mucho, cuando mis exnovios (dos), me han cortado, ella está ahí y también sabe de Tom, mi sueño.

—Bien, ma. Como siempre.

La Sangre LlamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora