Capítulo 11

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Dos días después

Mientras recogía los vasos de la barra de las últimas personas, vi entrar a mi querido hermano por la puerta del restaurante, haciendo que suene la típica campanilla.

- ¿Que tal está mi hermanita? -
- Cansada, ¿y tú? -
- Bueno... estoy entre cansado y nervioso - dijo recostadose sobre la barra.
- ¡Eh! No te apoyes ahí que no he limpiado todavía - dije pegándole con la bayeta.

Un rato después, terminé de limpiar y me despedí de todos. Me dirijí hacía la puerta de salida junto a mi hermano, después de recoger mis cosas de la taquilla.

- Te recuerdo que mañana hay Clásico, ¿vas a venir al final? -
- Claro que voy, no me lo puedo perder - dije - además tengo que estar allí para apoyaros -

Llegamos a casa y subí al piso de arriba para darme una ducha, estaba sudada y me sentaría muy bien.

Salí de la ducha me seque el pelo y me puse un chándal de mi hermano que me venía enorme. Me estaba poniendo las chanclas para bajar y me entró una llamada a mi teléfono.

*Rodry❤️🔥*

Hola bebé, ¿cómo estas?

Hola gordo, bien, ¿y tú?

Me alegro de que estés bien, yo también estoy bien, y ahora que escucho tu voz estoy mucho mejor.

Ay, que mono eres, yo también estoy contenta de hablar contigo.

¿Estás ocupada o vas a estarlo?

No, acabo de salir de la ducha y no tengo nada que hacer, ¿por qué?

A las nueve paso a recogerte, ponte más guapa de lo que ya estás.

*Fin de llamada*

Miré la hora y eran las ocho y algo. Joder no me va a dar tiempo.

Después de aquel encuentro clandestino con Rodrygo, no dejamos de hablar. No lo sabía nadie. De momento prefiero que se quede así, para saber si íbamos en serio. De hecho, aún sigo un poco dubitativa sobre lo que me confesó, cosa que yo también admití. Si lo dijo por el momento, estaba muy jodida.

No se que ponerme, el maldito Rodrygo no me ha dicho donde vamos a ir. Si me pongo una cosa puede ser muy formal, y si me pongo otra puede ser muy informal. Después de unos minutos, me decante por un jersey marrón, junto a una falda de tubo negra y de calzado unas botas altas con un poco de tacón del mismo color que la falda. Me maquillé con rimmel, la raya del ojo, corrector, un toque de colorete y un poco de gloss rosita.

Bajé al piso de abajo para ponerle cualquier escusa a mi hermano, y que no sospechará de que voy a salir con Rodry.

- Me voy, he quedado para dormir con mi compi de trabajo - mentí.
- Vale, ten mucho cuidado y llámame si pasa cualquier cosa - dijo abrazándome.

Salí avance unas calles más adelante que es donde quede con Rodrygo para que nadie nos viera. Lo vi apoyando en su coche. Iba con un pantalón cargo blanco, junto a una camiseta negra y unas bambas blancas, a conjunto con el pantalón. Estaba demasiado guapo.

- Hola guapa - dijo levantado sus ojos del móvil sonriendo.
- Hola bebé - saludé - estás muy guapo - le piropeé.
- Tenía que ponerme a tu altura, y aún así no llegó ni a la mitad - me sonrojé - ¿Te pongo nerviosa? - dijo acercándose a mi.
- No - dije con una sonrisa pícara - ¿donde me vas a llevar? - cambié de tema.
- Es una sorpresa -

Nos subimos al coche y se puso rumbo hacia aquel misterioso lugar.

- Ya queda poco para llegar - avisó - pero quiero que cojas de la guantera un antifaz que hay, y quiero que te lo pongas, es para dar más misterio -

Abrí la guantera y cogí lo que me había dicho y me lo coloqué, de forma que no viera nada. Escuché como Rodry bajó del coche y me ayudó a mi que bajara de él.

- Yo te guío, no te asustes que no voy a dejar que te pase nada - dijo sosteniéndome por la cintura.

Nos guío por un suelo que sentí que era de hierba. Paramos en seco sobre un sendero de piedrecitas.

- Ya hemos llegado, te voy a quitar esto - susurró.

Me lo quitó y parpadeé un para de veces para acostumbrarme a la luz.
Me quedé asombrada por lo que vi. Era un cabaña de madera enorme en medio de un campo de césped.

- Esto es... increíble Rodry - dije anonadada - No se que decir - le miré.
- Vamos dentro y te enseño todo - dijo soltando una carcajada que fue como música para mis oídos.

Entramos y de primero vi un salón enorme con cocina estilo americana. Seguimos por el pasillo, y había un gran baño con ducha. En otra habitación, había una cama individual con algún que otro mueble más,y por último, al final de aquel pasillo, había una habitación con una cama da matrimonio en el centro, un terraza por la cual se veía lo preciosa que es la ciudad de Madrid. La habitación tenía un baño propio en el cuál había un jacuzzi, que seguramente probaríamos.

- ¿Tienes hambre? - preguntó.
- La verdad es que un poco si que tengo - admití.
- Vamos que la cena ya está lista - dijo tendiéndome su mano para cogerla.

Cogidos de la mano nos dirigimos hasta el comedor, donde se encontraba la comida que tenía una pinta estupenda. Comimos en silencio, no era un silencio incómodo, todo lo contrario, ambos estábamos muy cómodos.

- ¿Que tal vas con los entrenamientos? -
- Bien, hoy ha sido muy duro, como mañana hay Clásico - dijo - me he enterado de que vas a venir a vernos, es que tu hermano no se calla - 
- Si, voy a ir, tengo que estar ahí para apoyar a mis chicos - sonreí - y si, Vini no se calla, a veces es muy pesado - reí.

Acabamos de comer en un silencio cómodo y recogimos todo, para después, dirigirnos a la habitación a dormir.

- Oye, ¿podemos hablar? - pregunté.
- Si, yo creo que ambos lo necesitamos - dijo sentándose a mi lado.
- Quiero confesarte todo lo que siento ahora, y desde hace mucho tiempo - dije jugando con mis manos, que estaban temblando - estoy muy enamorada de ti desde hace mucho. Desde que Vini nos presentó, supe que tú ibas a marcar mucho en mi vida, cuando te fuiste de Brasil, pensé que todo iba a cambiar, que tú ibas a hacer tu vida, que encontrarías a una chica mucho mejor que yo. Lo que pasó la noche anterior, fue lo mejor que he hecho en mi vida y no me arrepiento de nada de lo que pasó, y aquel "te quiero" que dije, es de verdad. Ahora seguramente, me dirás que tú te arrepientes de todo, que ese "te quiero" lo dijiste por el momento y saldrás corriendo - dije con lágrimas deslizándose por mis mejillas.
- Te quiero con todo mi corazón amor. Yo también estoy muy enamorado de ti, no supe valorarte allí en Brasil y me di cuenta de que estaba enamorado de ti tarde. Nunca he parado de pensar en ti, todos lo partidos los juego por ti. Aquella noche fue la mejor decisión de toda mi vida, y si, ese "te quiero" que tú dices, fue de verdad - dijo cogiéndome de las manos.

Sus ojos brillaban más que nunca, era lo más bonito de todo. Nunca me habían dicho algo así, y ahí supe que decía la verdad, que no mentía.

Lo atraje hasta mi para hundirnos en un beso lleno de sentimientos. Esto era lo mejor del mundo. Ahora habíamos entrado en un pozo difícil de salir, pero iba a correr el riesgo de quedarme en ese pozo.

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Holaaa
Nuevo capítuloooo
Este capítulo es muy emotivo y me representa totalmente (es mentira, estoy más sola que la una 🥲)
Espero que os guste.
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𝑩𝑹𝑨𝑺𝑰𝑳 // 𝑹𝑶𝑫𝑹𝒀𝑮𝑶 𝑮𝑶𝑬𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora